Desde diferentes sectores de la ciudad de Cuenca crecen los pedidos para que las autoridades ejerzan un mayor control en la circulación de vehículos en el marco de la emergencia. Esos controles deben ir -cuando menos- en dos direcciones. Primero: impedir drásticamente que no circulen sino aquellos vehículos que por el número de placas pueden hacerlo. Segundo, modificar el tema de los salvoconductos con nuevas normas que, en buena hora, acaba de anunciar el gobierno. En el caso de Cuenca no es buena decisión la de limitar a una sola persona por vehículo particular. Obligarán con ello a multiplicrar el uso de carros. Cada miembro de muchas familias saldrá cada uno en un carro. Limitar a dos, suena mucho más realista y razonable.
El Ecuador es de los países que primero tomó medidas para el aislamiento de la gente con miras a evitar el contagio. Primero fue la suspensión total de actividades laborales tanto en el sector público como en el privado. Vino luego la limitación en la circulacion de vehículos, haciendo que éstos puedan salir solamente determinados días. El toque de queda se amplió para regir desde las catorce horas.Finalmente se prohibió la circulacion los fines de semana.
Todas esas disposiciones miran a preservar la salud de la ciudadania, evitando en la mayor medida posible el contagio del Covid19. Una inmensa mayoría de la gente ha obrado cívicamente y, en forma responsable está observando esas disposiciones. Pero- como siempre ocurre- hay una minoría de tramposos e irresponsables que bajo el pretexto de la viveza criolla, rompen esas normas. Frente a esa irresponsabilidad queda la aplicación rígida de la ley, aplicando mayores controles en la circulación y en los salvoconductos. Esos controles se han aflojado la semana pasada, cosa que no puede mantenerse.