OPINIÓN|
_ Queridos conciudadanos, tenemos maravillosos anuncios para ustedes en esta pandemia. En primer lugar, vamos a reducir las jornadas de trabajo de empleados públicos y maestros.
_ ¡Bravo, viva don Lenin!
_ Pero hay una cosita, conforme les bajamos las horas de trabajo, hemos decidido también bajarles los sueldos y salarios. ¿No les parece justo?
_ Noo…Nos parece totalmente injusto. Que se bajen las utilidades los grandes empresarios, y que las donen para comprar lo que hace falta en la epidemia.
_Eso es imposible queridos conciudadanos. Además, nuestro sapiente ministro de Finanzas, me ha dicho al oído que si no les bajamos los sueldos, el Fondo Monetario y el Banco Mundial no nos iban a prestar más plata. Bueno, tengo otra gran noticia. Se suprimen una serie de empresas y entidades públicas que no valían para nada y más bien causaban pérdidas, como TAME. Ahora tendremos que volar en alas de la imaginación. ¿No les parece lindo?
_ Noo. Nos parece feísimo, horrible que recién ahora se den cuenta de que esas empresas no servían, cuando tuvieron todo este régimen para suprimirlas. Ahora no volaremos en alas de la imaginación, sino de la indignación, ya que la quiebra de TAME la deberían pagar los señores legisladores que viajaban con boletos gratis, los burócratas de Petroecuador y sus familias, que también viajaban en TAME “de balde”, y tantos otros individuos del sector público que nunca pagaban los pasajes en TAME.
_ Ahora les paso con el ministro de Energía, él dará otro maravilloso anuncio.
_ Sí señores, se eliminan los subsidios a los combustibles y se los reemplaza por una banda móvil.
_ ¿Qué?, ¿otra banda de ladrones de los fondos públicos?
_ No señores, no me entienden, una banda móvil para los precios de los combustibles.
_ Buu, abajo la eliminación de los subsidios. (O)