OPINIÓN│
“A esta hora exactamente hay un niño en la calle” canta Mercedes Sosa y, una vez más, se nos eriza la piel; y es que a esta hora exactamente pensamos en los niños encerrados de la pandemia, aquellos que miran con ojos cerrados el celular y oídos abiertos los ejemplos de los mayores, presos como ellos. A esta hora hay un niño que no puede salir al patio sin su mascarilla, que aprende sus deberes por internet (en el mejor de los casos, pues la mayoría no tiene computadora) con una realidad alucinante en la que añora a sus amigos y ha sido obligado a convivir con los adultos. A esta hora exactamente la educación ha sufrido una rebaja fundamental por la corrupción y ese niño espera con los ojos absortos por un futuro incierto. A esta hora exactamente hay un niño que sufre el presente que emigra de país en país y duerme bajo los puentes. Ese niño que escucha los gritos y las noticias del coronavirus, y es víctima del maltrato infantil. Sí; hoy es día internacional del niño y debemos pensar en todo ello. Más allá de lirismos, los derechos fundamentales de los niños sentencian que tenemos que luchar por ellos, sólo cuando reconozcamos que es en la infancia que aprendemos lo mejor y peor de nuestra vida adulta, sabremos valorar a ese niño que comparte este doloroso presente. No olvidemos que esta cuarentena es padecida especialmente por ellos: los niños.