OPINIÓN|
Al llegar al cargo se olvidan de los electores, es una frase que escuchamos con frecuencia de boca del pueblo. Los políticos los usan para conseguir el voto y hasta luego. Se comenta en los cuatro puntos cardinales de la gran corrupción que reviste el accionar de muchos políticos y altos funcionarios de la función pública, las componendas y pactos, el secreto mundo del accionar de los jerarcas que ha generado desconfianza y hoy verdadera indignación. El Pueblo pide que por lo menos respeten la situación de enfermedad, dolor y hambruna que embarga a un alto número de ecuatorianos y que cese el zafarrancho en que han convertido los miserables a nuestra Patria.
La diplomacia que tiene escuelas de formación hoy es asunto de compadrazgo, de parentesco y se justifica que ya estuvo desde antes de mi régimen. No hay vergüenza ni aplicación de principios que se definan como respeto al ciudadano, vergüenza ante la opinión pública, y las redes sociales se encargan de diseminar hasta con grotesca forma estos asuntos. A eso hay que sumar que los estipendios son gigantescos y sin ellos con certeza no aceptarían ir a sacrificarse en tan “complejas funciones honrando al Ecuador”, pese a no necesariamente tener título que los acredite y jerarquía que les permita ejercer con decoro.
Por ello recuerdo esa vieja canción de Leo Marini, “El Camaleón”, mamá, el camaleón, cambia de colores según la ocasión. Ayer se habló de camisetaso, hoy nos sorprendieron los fanáticos que tenían la fortaleza del Líder, a quien lo defendían con alma, vida y corazón. Voltearon la esquina y lo olvidaron, y que su nuevo Líder les había permitido continuar manejando al país, ocupando altas posiciones, con sueldos del primer mundo. Así son muchos políticos…Sin ideología ni ética en su praxis. (O)