Familias de Azuay y de otras partes del país esperan la repatriación de los cuerpos de sus seres queridos que perdieron la vida en el intento de cumplir “el suelo americano”. Tres víctimas eran de Gualaceo.
Los ecuatorianos fallecieron ahogados en marzo de este año cuando pretendían cruzar el río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos.
Los allegados de las víctimas piden la ayuda de las autoridades para el traslado de los cuerpos hasta Ecuador. La emergencia sanitaria ha impedido -en algunos casos- hasta de confirmar la identidad del fallecido y en otros de agilitar los trámites para la repatriación del cuerpo.
Las familias de los emigrantes afrontan deudas que fueron adquiridas para el viaje, que en uno de los casos fue pactado en 16.500 dólares.
Las historias de los emigrantes son muy similares: falta de trabajo, pocas oportunidades y buscar un mejor futuro para sus familias. Algunos dejan hijos, esposa, familiares desconsolados y se arriesgan al más peligroso viaje de su vida, apuestan todo y varios mueren.
La entidad 1800migrante.com señala que las personas que fallecieron en el reciente intento de cruzar la frontera son de Azuay, Cañar y Chimborazo.
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“Una de nuestras mayores preocupaciones, es que luego de mirar la difícil situación económica del Ecuador en estos momentos, podríamos tener una nueva ola migratoria hacia EE.UU. y consecuentemente un aumento de víctimas mortales y desapariciones”, indica William Murillo vocero de la organización 1800migrante.com.
“El gobierno ecuatoriano a pesar de los recortes debe mantener los programas de apoyo humanitario para estos casos de migrantes ecuatorianos que han perdida la vida en busca de mejores oportunidades” comenta Andrea Ledesma, abogada de la referida institución de apoyo a migrantes.
Todos iban en busca de trabajo
Tres habitantes de Gualaceo son dados por fallecidos durante la travesía hacia Estados Unidos. El 12 de marzo de este año un grupo de migrantes cruzó el río Bravo, pero tres de ellos no lo lograron; se conoce la identidad de tres víctimas.
Luis Gerardo Lojano Guallpa, de 32 años, es uno de los migrantes considerados como fallecidos. Dejó tres menores en la orfandad. Él en el trayecto se encontró con otros coterráneos que tenían el mismo anhelo, llegar a Norteamérica y conseguir trabajo.
Otro de los fallecidos es Diego Armando Juela Morocho, de 26 años. Era padre de dos niños de 4 y 8 años.
Mientras, Miguel Rigoberto Guzmán Salinas, de 22 años, estaba considerado como desaparecido. (I)
