Representantes de la región del Chocó Andino, reserva de la biosfera desde 2018, denunciaron este viernes que los proyectos mineros impulsados por el Gobierno de Ecuador amenazan su riqueza biológica y a las comunidades indígenas.
En una comparecencia virtual organizada por la ONG local Acción Ecológica, se presentó el informe global «Despojo minero y COVID-19», desarrollado por Mining Watch Canada, en colaboración con varias organizaciones internacionales que describe cómo la industria minera está sacando provecho durante la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.
El documento menciona que «en Ecuador las empresas mineras han sido eximidas de los cierres impuestos al resto de la población», lo que ha puesto en riesgo la estabilidad de las comunidades del Chocó andino e indígenas amazónicos.
Citan como ejemplos a la compañía chilena de cobre, Codelco, y la empresa minera estatal ecuatoriana, ENAMI, que «aprovecharon el bloqueo impuesto por el Gobierno para adelantar actividades de exploración no deseadas» en la zona de Intag, cantón de Cotacachi, en la provincia andina de Imbabura.
En ese lugar, ubicado al noroeste de Ecuador, está el proyecto «Llurimagua», que ha estado en el centro de la lucha contra la minería en la región del bosque nublado de Intag durante décadas y que, sin embargo, está suspendido tras denuncias de tráfico de influencias.
Ángel Flores, representante de la comunidad de Cuellaje-Intag, señaló que el 27 de abril enviaron una carta dirigida a la Presidencia donde expresaron su rechazo a las concesiones mineras y que un mes después recibieron la respuesta de que el asunto «no era de su competencia».
Los posibles contagios de la COVID-19 ante la llegada de personal minero, es otro de los puntos que preocupa a las comunidades del Chocó, que temen una situación similar a la que viven los indígenas amazónicos, que hasta el 31 de mayo registran 215 positivos, según la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae).
«Los Gobiernos ignoran la amenaza de la pandemia y continúan operando, ponen en riesgo de infección a comunidades y trabajadores», dijo Kristen Francescone, representante de Mining Watch, Canadá.
La bioregión del Chocó, que llega desde el este de Panamá hasta el norte de Perú, es el hogar de más de once mil especies de plantas vasculares, 900 especies de aves, aproximadamente 350 especies de anfibios y 210 especies de reptiles.
Inti Arcos, representante de Biósfera Chocó Andino Pichincha, mencionó que existen «43 concesiones de diferentes empresas mineras que están asentadas en zonas de alta biodiversidad como el Corredor del Oso Andino y cabeceras de reservas hídricas».
Esos proyectos amenazan directamente el entorno, «el agua y alimentos de 64 comunidades y seis cabeceras parroquiales», puntualizó Arcos.
La ya maltrecha economía ecuatoriana se ha visto severamente afectada por la pandemia y la caída del precio del petróleo a niveles no experimentados en su historia reciente.
El actual Ejecutivo se había fijado ya antes de la emergencia sanitaria potenciar la minería y convertirla en una de las principales fuentes de divisas.