Con el temor de que su casa se desplome en cualquier momento vive su día a día la familia Pesántez Flores, una de las afectadas por el asentamiento de tierra que amenaza a 12 viviendas en un área de unos 3.000 metros cuadrados en la parroquia Santa Ana.
En los últimos 3 meses, la tierra que antes sostenía su casa se ha venido hundiendo a la velocidad de unos 50 centímetros por mes.
Esto está haciendo desaparecer terrenos y poniendo bajo amenaza a las casas de las que al menos 4 familias ya han evacuado por el temor a una tragedia.
La Universidad de Cuenca hizo un estudio superficial en la zona, detectando que el asentamiento se ve agravado por la filtración de agua que es claramente visible en grandes charcos formados donde antes había llano y pastizales.
Uno de los afectados, Luciano Pesántez, sostiene que existe una alta probabilidad de que una tubería defectuosa sea el motivo principal para el derrumbe.
El asentamiento se activó desde enero de este año y amenaza con hacer desaparecer a todo el barrio.
El director de Gestión de Riesgos del Municipio, Froilán Salinas, indica que si bien por el sitio atraviesan tuberías de la Empresa municipal de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA), para determinar las verdaderas causas es necesario un análisis técnico de la zona.
La mañana de ayer un equipo de técnicos municipales efectuaron un recorrido por el lugar, esto como parte de las acciones tomadas para reducir el impacto del hundimiento.
Salinas informa que, en conjunto con la dirección de Obras Públicas, se ha decidido generar un dren superficial para evacuar el agua.
También se ha pensado solicitar a la Universidad de Cuenca apoyo para complementar los estudios y pedir el aporte de la Prefectura para obras de mitigación.
Además, se decidió informar a los moradores de que tienen que desalojar las casas, ya que se trata de un área inestable, pero la negativa de los moradores hace que esto sea inviable.
Afectados
Luciano indica que el ya tuvo una casa en la parroquia Santa Ana, construcción que desapareció en un asentamiento provocado por filtraciones en el sistema de agua.
“Cuando corrigieron el problema el hundimiento se frenó, pero yo ya me había quedado sin mi casa” dice el vecino del sector, quien no está dispuesto a volver a perder una vivienda.
Robertina Flores, otra de las afectadas, afirma que la casa en riesgo es también su medio de subsistencia.
Flores comenta que ahí tiene una tienda, un criadero de cuyes y una zapatearía. “Somos adultos mayores y nadie nos va a dar trabajo como para salir de aquí” asegura.
Salinas explica que el Municipio no puede brindarles una vivienda en otro sitio como compensación por sus pérdidas, pero está dispuesto a generar un albergue para los afectados.
Los moradores no piensan abandonar sus tierras y piden ayuda para salvar lo poco que tienen. (JMM) (I)