EDITORIAL|
La noticia de que se planificaba la creación de una estación de bomberos en el Parque Nacional Cajas generó un amplio debate y una ola de reclamos por parte de distintos sectores de la ciudadanía. La estación debía emplazarse -de acuerdo con esos datos-en las orillas de la laguna de Ilincocha que se encuentra a pocos metros de la vía que conduce a Molleturo y a la región costanera. Los voceros habían expresado que se trataba de una ampliación de una construcción ya existente. Serviría- de acuerdo con esas mismas fuentes- para dar respuestas más inmediatas tanto a posibles incendios como a accidentes de tránsito y personas extraviadas en esa zona.
El Parque Nacional Cajas es una joya de la naturaleza que debe ser cuidada celosamente pues cualquier acción mal concebida puede generar daños irreversibles al frágil equilibrio que allí existe. Las más de doscientas lagunas y la diversidad biológica atraen a investigadores y a miles de visitantes que encuentran allí paisajes maravillosos y una riqueza enorme de vida vegetal y animal. Largos procesos cumplidos en años pasados culminaron con la declaratoria que hoy protege estos espacios naturales de constantes ataques realizados con variados pretextos.
El Municipio de Cuenca y Etapa tienen la responsabilidad de evitar que esa emblemática zona natural sea destruida o afectada. Cuando se piensa en daños a la naturaleza no solamente se trata de labores de minería metálica sino también de otros procesos que aun cuando parezcan inofensivos, contribuyen a degradar estos espacios naturales. Ya ha ocurrido que con el pretexto de actividad turística se haga construcciones sin permisos ni estudios ambientales. El proyecto que hoy ha generado una amplia polémica debe ser suspendido. La institución bomberil bien puede usar esos recursos en otros proyectos que tal vez sean más necesarios que emplazar una estación en el Parque Nacional Cajas.