OPINIÓN|
En menos de un año tendremos un nuevo gobierno, para muchos ecuatorianos el cambio es necesario. Luego de los diez años de gestión de Rafael Correa y del período por terminar de Lenín Moreno con una Constitución que se dice de carácter inspirada en corrientes diversas, peculiares a los procesos emergentes de sectores sociales antes marginados, pero con la tónica del hiperpresidencialismo y hoy, con la crisis global que nos agobia, ese cambio es imprescindible.
Para comenzar, más de veinte precandidatos a la Presidencia de la República, hacen la prueba de la crisis de valores, en especial de la carencia de sentido común, cuando cada quien debe pensar y actuar con responsabilidad cívica. Es necesario retomar el sentido común. Tres o cuatro corrientes y candidatos deben expresar la diversidad política, pero rebasar el límite de las realidades simplemente es proceder contra el interés común de la Nación que necesita un nuevo modelo de Estado.
Superar la crisis económica y social demanda el esfuerzo de todos: Incrementar la producción. Recuperar y desde luego aumentar las fuentes de trabajo. Solventar la Seguridad Social con la Plena Autonomía de gestión de los afiliados y jubilados del IESS. Sanear la Comunidad social y la Administración pública de la lacra de la corrupción con un sistema de Justicia plenamente probo. Mejorar la calidad de la legislatura con representantes de calidad y disminuir el peso estatal, para ampliar la gestión e iniciativa privada, entre otros puntos relevantes, son la real necesidad de nuestra Nación. ¿Será posible? (O)
