OPINIÓN|
La pandemia destapa falencias de una sociedad, en el manejo execrable de Hospitales en otras provincias surgidos de acuerdos políticos, en investigación, de diezmos obligados a funcionarios de salud desde hace tres lustros, que aparecen como temerosas denuncias, que está bien se averigüen sin temor ni favor, para en algo recuperar la confianza en los Ecuatorianos, que al decir de la flamante Vicepresidenta de la República, en el país la gente cree de cada diez personas a una solamente, lo que indica y no es para menos, que nadie confía en nadie y peor, con las debidas excepciones, en quienes tienen en sus manos al manejo de recursos del estado.
Toda crisis dolorosa obliga el cambio de giro en nuestras actuaciones personales e institucionales, debiendo asirnos a la esperanza de encontrar otros derroteros, si la opinión publica mantiene su nivel de indignación de los hechos mostrados, en robos sin fin, cuando se ponen precios a la salida de cadáveres, de los carné de discapacidad, en las construcciones de Hospitales, al palanquear listas de personas para ocupar gerencias, financieros, administradores, pagadores, bodegueros, es decir un combo completo, para el atraco. Será suficiente el esfuerzo Fiscal para aclarar estos desmanes. Señores jueces sin amilanarse ahora está en su cancha dar testimonio de justicia para la patria entera.
Sigue la curva ascendente del COVID en el Azuay y en la región, saturando a servicios de atención, mientras se toman medidas para aumentar en tiempo el toque de queda, con alternativa de seguir pidiendo a la población que respete la distancia social, mascarilla y lavado de manos, sin estrategias de educación y comunicación continua, sin investigación de sectores de mayor incidencia o de averiguación de prevalencia, para la toma de decisiones de las autoridades a nivel del COE Provincial y Cantonal, que implica estamos en el limbo, esperando cómo se comporta la difusión del virus, para mantener el amarillo o al decir del Señor Alcalde hasta regresar a la situación del semáforo en rojo, de persistir el agotamiento de respuestas medicas a los casos de mayor gravedad en la Ciudad. (O)
