Una de las primeras impresiones de la llegada a Cuenca de Monseñor Luis Alberto Luna Tobar, en mayo de 1981, fue cuando luego de disfrutar del desayuno ofrecido por las Madrecitas de la Catedral de la Inmaculada Concepción, al terminar la eucaristía, agradecía sobremanera poniéndose a lavar los platos y utensilios de cocina.
Este hecho aparentemente sin mayor relevancia y otras expresiones de humildad, de compromiso y servicio para con el ciudadano y el campesino, se repetirían sucesivamente durante sus 19 años de misión como pastor de la Diócesis. Junto al pueblo encomendado, diseñó una iglesia comprometida a superar la postración y el abandono social e histórico.
Sin duda los pobres y marginados fueron su opción preferencial. Tuvo la valentía y firmeza de defenderlos ante los intereses de los poderosos que comenzaron a mirarlo con recelo y desdén, bautizándole de “cura comunista, cura rojo”. Aquí pone en práctica su convicción y sensibilidad pastoral en favor de los más necesitados, conforme al Concilio Vaticano II, los documentos de Medellín y de Puebla. Con ello ingresó en cada hogar, en las almas, en los corazones, en la profunda realidad del pueblo azuayo.
El pasado miércoles 5 de agosto la Comunidad Salesiana presentó el libro: ¡Te has ido para quedarte! en honor a monseñor, fallecido el 7 de febrero de 2017, pero que vive aún en nuestros corazones. La publicación es una interesante recopilación de las asignaturas dictadas a sus discípulos del Seminario San Luis sobre la evolución del pensamiento teológico Latinoamericano y documentos preponderantes de la Iglesia, trabajo coordinado por el Dr. Juan Pablo Salgado, Vicerrector de la UPS.
Un hombre sabio, sensible y sencillo, con una nobleza y bondad enorme. Nos dejó un inmenso legado que todos los ecuatorianos debemos imitar, su vocación de servicio, su solidaridad con el más necesitado, su fidelidad al evangelio.