Conocido en el país con el singular nombre de kión, el jengibre se ha convertido en la nueva joya de la pujante agroexportación peruana, al punto de superar las adversidades de la pandemia de la COVID-19 para reafirmar a Perú entre los principales exportadores mundiales de este producto.
Las cifras oficiales destacan que el país andino ya se había colocado en 2019 como el cuarto exportador mundial de jengibre, tan solo detrás de China, Tailandia y la India, con 23.400 toneladas métricas exportadas, por un valor total de 41,5 millones de dólares.
Este avance no ha descendido con la pandemia, más bien todo lo contrario.
Durante los primeros cinco meses de este año los envíos de jengibre subieron en 162 % respecto al mismo período de 2019, hasta llegar a los 23 millones de dólares, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
La mayor producción y exportación peruana proviene de la región centro andina de Junín, que se ha convertido en el paraíso de esta raíz originaria del sur oriente asiático, India y China.
BENEFICIOS MEDICINALES
El Mincetur recordó que el jengibre es rico en antioxidantes y, además de su uso gastronómico, se le atribuyen beneficios medicinales como el de reforzar el sistema inmunológico, por lo que consideró «probable» que esto explique el incremento de su demanda internacional en medio de la pandemia.
Precisamente, el sistema de seguridad social peruano Essalud recomienda «un mayor consumo» de kión, junto con ajo y plantas medicinales, para combatir afecciones respiratorias como los resfriados, rinitis alérgica, bronquitis y asma, que se incrementan durante el actual invierno en el hemisferio sur.
La doctora Martha Villar, gerente de Medicina Complementaria de EsSalud, señaló que estos productos, además de la cebolla y el nabo, tienen propiedades que ayudan a eliminar las secreciones, y que se pueden tomar en infusiones para ayudar a desinflamar y descongestionar las vías respiratorias.
A pesar de ello, el Ministerio de Salud (Minsa) aclara que «no hay evidencia científica en el brote actual (de la epidemia) de que comer kión proteja a las personas de la COVID-19».
PARAÍSO DEL JENGIBRE
Aunque la economía peruana ha sido duramente golpeada por la pandemia y la cuarentena que buscó frenar a la enfermedad, sin mucho éxito, ya que Perú es el séptimo país en el mundo y el tercero de Latinoamérica con más casos, durante los primeros cuatro meses del año, las exportaciones de seis regiones se incrementaron.
Entre estas estuvo la centro andina Junín, que destacó por el crecimiento de sus despachos de cobre a China, pero también de jengibre a Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
El Ministerio de Agricultura y Riego precisó que las mayores exportaciones proceden de las provincias de Satipo y Chanchamayo, donde también se produce cúrcuma, ya que ambas son raíces crecen en climas tropicales como los de esas localidades, ubicadas en zonas de selva montañosa.
En el caso del jengibre, considerado entre los «superfoods» peruanos, junto con uvas, mangos y paltas o aguacates, sus exportaciones registraron en abril, cuando las restricciones de la cuarentena alcanzaban su apogeo, un aumento de 137 %, lo que fortaleció el crecimiento sostenido en los primeros meses del año.
Este buen desempeño obedeció a las mayores ventas a países como España (+529 %), Países Bajos (+255 %) y Estados Unidos (+124 %), siendo los dos últimos el segundo y el primer importador mundial, respectivamente, remarcó el Mincetur.
En ese período, 71 empresas peruanas exportaron el producto a 18 mercados del mundo, lo que implicó un 25 % más que el año pasado.
¿POR QUÉ SE LLAMA KIÓN EN PERÚ?
El jengibre (zingiber officinale) fue introducido a comienzos del siglo XVI por los españoles en Perú, donde las tierras «fueron tan propicias» para su cultivo, que en 1547 se llegó a embarcar 1.000 toneladas hacia Europa, según señala en un artículo de difusión el profesor de historia de la gastronomía peruana Rodolfo Tafur.
La raíz es conocida en Perú con el nombre de kión, de origen impreciso pero que, al parecer, se originó con la llegada de los primeros inmigrantes chinos al país, que desde 1849 introdujeron entre sus alimentos y recetas unas galletas con trozos de jengibre confitado, que tomaban con el tradicional té.
Tafur indica que en esta preparación se usaba la raíz fresca de jengibre, que llegaba a Perú envasada en tarros de loza etiquetados con el nombre de la ciudad china de Guangdong, lo que, al parecer, comenzó a ser relacionado con el producto y, finalmente, se «peruanizó» como guiong y posteriormente kión.
Más allá de esta precisiones, su consumo es muy popular en Perú, ya que está presente en varios de sus más reconocidos platos, incluido en algunas versiones del famoso cebiche, y también en la comida chino-peruana, que se ofrece en los no menos famosos chifas que abundan en el país.
JOYA EN MEDIO DE LA CRISIS
La consolidación del jengibre como un producto estrella de Perú se dio a pesar de que las exportaciones peruanas sufrieron una caída de 25,8 % durante los primeros cinco meses de este año, aunque en el mismo período el país logró una evolución positiva de sus agroexportaciones no tradicionales, que se incrementaron en 2,8 %.
Entre enero y mayo, el sector agropecuario tradicional y no tradicional fue el único que elevó sus exportaciones, al alcanzar los 2.403 millones de dólares, un 0,8 % más respecto al mismo período de 2019.
Destacaron las mayores exportaciones de uva, mangos y palta o aguacate, además de los cítricos, que fortalecieron al objetivo de Perú de convertirse en uno de los diez principales exportadores mundiales de fruta y el tercero de América Latina, ya que actualmente figura entre los 15 primeros a escala global y es el cuarto a nivel regional. EFE