Papúa bloquea entrada a 48 mineros chinos por estar vacunados contra COVID-19

El gobierno de Papúa Nueva Guinea suspendió todos los vuelos procedentes de China, tras bloquear la entrada al país a 48 mineros chinos que presuntamente recibieron una vacuna experimental contra la COVID-19.

El jefe del ente Controlador Nacional de Respuesta a Pandemias de Papúa, David Manning, explicó que la decisión de bloquear la entrada de los mineros como de todos los vuelos procedentes de China responden «a los mejores intereses» para los papuano mientras las autoridades investigan la supuesta vacunación.

El diario australiano The Australian publicó el jueves que la minera Ramu NiCo, de propiedad china, informó al Ministerio de Salud de Papúa que varios de sus trabajadores recibieron una vacuna experimental contra la COVID-19 el pasado 10 de agosto en territorio del gigante asiático.

La empresa también alertó que sus empleados podrían tener síntomas del nuevo coronavirus debido a los anticuerpos producidos como respuesta a esta vacuna que no ha sido aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Manning también emitió una orden prohibiendo el uso en Papúa Nueva Guinea de cualquier vacuna contra la COVID-19 que no haya sido aprobada por la OMS, informó el diario papú «The National».

«La nueva medida (que entró en vigor el jueves) también indica que no se realizarán experimentos o ensayos de vacuna contra la COVID-19 en Papúa Nueva Guinea», recalcó Mannings, en declaraciones recogidas por el diario.

En la actualidad, países como Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China realizan pruebas y patentes de la futura vacuna contra la COVID-19, ninguna de ellas ha sido aprobada oficialmente.

Papúa Nueva Guinea, una empobrecida nación del Pacífico Sur con más de 8 millones de habitantes, acumula 347 infecciones, entre las que se cuentan tres muertos, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

Este país es uno de las más pobres de la región a pesar de ser rica en productos naturales, y cuenta con una infraestructura precaria en su territorio, en donde el acceso a los pueblos remotos es difícil dada su geografía montañosa.

Se teme que el avance de la COVID-19 colapse el frágil sistema de salud que debe lidiar con una alta incidencia de polio, malaria y tuberculosis en este país en donde una gran parte de sus habitantes tiene poco acceso a fuentes de agua, infraestructura sanitaria y servicios higiénicos, entre otros problemas. EFE

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