OPINIÓN|
Tanto nos hemos quejado del desorden, caos, mal aspecto y demás tipo de condiciones poco agradables reinantes en el sector del mercado del Arenal de la ciudad, que hemos logrado desarrollar un nuevo espacio que desde hace un par de meses atrás viene brindando los servicios que antes podíamos obtener en la feria libre.
En este nuevo lugar podremos encontrar venta de cárnicos, frutas, vegetales, hortalizas, productos de primera necesidad, inclusive boutiques con tipos de ropa modernos y dirigidos para las condiciones actuales que nos exigen cuidarnos de la exposición abierta en ambientes públicos. Para mejorar aun las condiciones, en días pasados se pudo observar como en mesas adecuadas para la atención al público, los encargados de la venta regaban agua para que la cantidad de pescados dispuestos en dicho espacio estén frescos para que el consumidor pudiese adquirir un producto en buenas condiciones.
Si acude a este sitio con su vehículo, no hay mayor inconveniente pues le basta tan solo con orillarse y pegarse bien a la vereda y prender las luces intermitentes de su auto para que en contados minutos pueda hacerse de lo que requiera mientras desde un espacio improvisado se le atiende ágilmente. Y no hablar de los precios pues es de suponerse que los emprendedores al atender desde los patios de sus viviendas, seguramente no pagan arriendos ni impuestos que definitivamente encarecen a los productos.
Todas estas maravillas las puede encontrar en la entrada a Cuenca, específicamente en la panamericana sur de nuestra ciudad a lo largo de un par de cuadras dispuestas para cubrir las necesidades de quien por esos lugares circule.
Queda en sus manos estimado lector dilucidar si es que estas palabras forman parte de una sátira autocritica o una triste realidad. (O)