Nueva York propuso este cinco de octubre el cierre de toda actividad no esencial a partir del 7 de octubre, incluidos los centros educativos, por la persistencia de la COVID-19.
Esta medida afecta a los nueve distritos postales de la urbe donde se han detectado brotes y en los que el índice de resultados positivos en los análisis se han mantenido por encima del 3 % durante los últimos siete días.
El estado de New York fue un ejemplo para el mundo de cómo gestionar la pandemia, pero irónicamente su evolución va descompasada con el resto del país, donde Florida, que la sobrepasó de largo durante julio y agosto, relaja las restricciones y ve cómo caen los números.
Así, el estado de Florida volvió a bajar de los 2.000 su cuenta diaria de nuevos casos confirmados de la COVID-19, con 1.415, mientras se reportaron 41 decesos más por la enfermedad, todos de residentes, informó el Departamento de Salud.
La buena evolución del virus ha hecho que este lunes regresen de manera voluntaria al colegio miles de alumnos de las escuelas públicas del condado de Miami-Dade, el epicentro de la pandemia en Florida, después de siete meses con las aulas cerradas. (EFE)-(I)