La segunda ola de la pandemia de coronavirus está afectando principalmente en Europa a los grandes centros urbanos y las autoridades están recurriendo sobre todo a la limitación de la vida social y de la actividad nocturna para frenar su expansión.
Este es el panorama en algunas de las mayores ciudades del continente.
PARÍS SIN CAFÉS NI BARES
Ya a principios de esta semana, el pasado martes, Paris se convirtió en una ciudad sin bares, ni cafés abiertos y el sábado había ocho ciudades francesas en la misma situación.
París, Marsella, Aix-en-Provence y Guadalupe (Antillas), Lyon, Lille, Grenoble y Saint-Etienne, se encuentran ya en situación de “alerta máxima”, una clasificción que impone el cierre de cafés y bares y permite abrir restaurantes a condición de respetar un protocolo sanitario más estricto: un máximo de seis personas por mesa, al menos un metro entre los grupos y obligatoriedad de anotar nombre y teléfono de los clientes para alertarlos en caso de contagio.
Toulouse y Montpellier pronto se podrían sumar a esa lista si sus indicadores de contagio no mejoran.
La alerta máxima se declara en Francia cuando la tasa de incidencia acumulada en los últimos siete días supera los 250 positivos por cada 100.000 habitantes entre la población en general y los cien casos entre las personas mayores, así como cuando al menos el 30 % de las camas de las UCIs están ocupadas por pacientes de COVID-19.
«La situación sanitaria sigue degradándose en Francia. Sucede lo mismo en muchos países vecinos», advirtió esta semana el ministro francés de Sanidad, Olivier Veran.
Solo el viernes se registraron en Francia 20.339 contagios –un récord de positivos, frente a los cerca de 18.000 de los dos días anteriores,- que elevaron a 691.977 el número de casos desde el inicio de la epidemia, a la que se le atribuyen 32.630 muertes en este país
MADRID AISLADO
Ese mismo viernes se informaba de que Madrid había registrado 2.256 casos en 24 horas, unas cifras que situan a esta ciudad como una de las capitales europeas más afectadas. La comunidad autónoma de Madrid tiene una incidencia de la enfermedad de 541 casos por 100.000 habitantes en 14 días, el doble que la media española, que es de 258, según las autoridades sanitarias.
Por ese motivo, el Gobierno español decidió imponer, desde el viernes y por por 15 días, imponer el estado de alarma en la ciudad y en otros ocho municipios de la región.
Eso supone que los habitantes de la capital española se han quedado confinados, sin poder elegir otro destino que su propia ciudad para pasar este fin de semana largo, ya que el lunes es el festivo del 12 de octubre en España, una de las fechas con mayor tránsito de viajeros hacia los lugares de costa o segundas residencias.
El confinamiento de Madrid ha provocado tensiones entre el Gobierno central y el regional que disputa los datos nacionales y afirma que la epidemia en Madrid está remitiendo y no se justifican medidas tan drásticas.
MERKEL ADVIERTE QUE LA BATALLA CONTRA EL COVID SE JUGARÁ EN LAS GRANDES CIUDADES
En Alemania, Berlín, y en particular sus barrios más centricos, son de las zonas más afectadas y han sido los primeros en aplicar esta semana medidas de restricción.
La capital alemana entró este sábado en una fase inédita en esta pandemia con el cierre de facto de la vida nocturna en toda la capital: bares y restaurantes deben cerrar entre las once de la noche y las seis de la mañana.
Un nuevo shock para la vida nocturna berlinesa, cuyos clubes y discotecas cerraron con el inicio de la pandemia, durante la que han proliferado las fiestas espontáneas al aire libre en parques y calles de los barrios más noctámbulos de la ciudad.
Berlín superó el viernes la medida del Robert Koch Institut (RKI), competente en la materia en el país, que supone que si se dan en una zona más de 50 contagios en 7 días por 100.000 habitantes hay que tomar medidas. La capital tienen 52 casos por 100.000 habitantes.
Fráncfort y Colonia están asimismo por encima de la franja de los 50. Lo mismo ocurre en otros distritos del «Land» de Renania del Norte-Westfalia (oeste), el más poblado del país, y de Baviera (sur)
Los expertos y los políticos alemanes coinciden en que los núcleos urbanos son el principal problema, mientras la curva se acerca al pico de contagios que registraba Alemania entre finales de marzo y principios de abril: 6.000 diarios.
La canciller alemana, Angela Merkel, y los alcaldes de las once principales ciudades alemanas reconocieron este viernes el reto al que se enfrentan.
«Todos sabemos que las ciudades y las áreas urbanas son ahora el escenario donde se va a ver si la pandemia en Alemania se puede mantener bajo control o si el control descarrila. En este punto estamos «, advirtió Merkel.
Merkel celebró las restricciones adoptadas, aunque dijo ser consciente de que «son dolorosas para muchos» y apeló a la gente joven a que acepte esos sacrificios y piense que el aumento de los contagios puede terminar afectando a grupos de riesgo.
MOSCÚ OPTA POR FOMENTAR EL TELETRABAJO
En Rusia, Moscú, donde se han cerrado las escuelas y los enfermos crónicos y mayores de 65 años han sido confinados, sigue siendo el epicentro de la pandemia con 4.501 casos y 35 muertos en 24 horas, sobre los 13.634 contagios y 149 decesos detectados en toda Rusia.
Durante esta semana en la capital rusa se han registrado un 46 % más casos que la anterior y un 12 % más de hospitalizaciones, lo que ha obligado a habilitar varios hospitales de reserva.
El alcalde de la capita rusa, Serguéi Sobianin, ha ordenado que al menos el 30 % de la plantilla de cada empresa trabaje hasta el 28 de octubre en casa y expresado su preocupación con la masificación en el transporte público.
Además, más de medio millar de casos se registraron en la segunda ciudad del país, San Petersburgo, donde fallecieron también 21 enfermos.
PRAGA SUMA MÁS CONTAGIOS QUE TODA LA VECINA AUSTRIA
En la República Checa, las autoridades sanitarias informaron el sábado de que el nivel de infecciones de coronavirus dio un enorme salto en 24 horas, más de 8.600 casos confirmados, con lo que es proporcionalmente el país europeo más golpeado por la pandemia. El viernes hubo 8.618 nuevos casos en el país centroeuropeo de unos 10,7 millones de habitantes.
En Praga el número de contagios alcanzó los 1.386 casos, más que en el conjunto de la vecina Austria, donde ayer se anunciaron 1.235 contagios.
Según los cálculos de Radio Praga, el nivel de contagios en la República Checa es actualmente 14 veces superior al de su principal vecino, Alemania.
A partir del lunes próximo entran en vigor una serie de nuevas restricciones en el país, como el cierre de piscinas públicas.
LEY SECA TAMBIÉN EN EDIMBURGO Y BRUSELAS
La capital de Bélgica y su región son también el epicentro de la actual explosión de casos de coronavirus en ese país.
La incidencia acumulada en Bruselas es de 502 casos por 100.000 habitantes de media en los últimos 14 días. En el conjunto del país se sitúa en 245,8 casos, un avance del 77 % respecto a la semana precedente.
Desde el 8 de octubre, Bruselas cerró bares, cafés y salones de fiesta por un mes. Los restaurantes podrán seguir abiertos, pero los eventos deportivos de aficionados deberán celebrarse sin público y los lugares de culto podrán acoger a un máximo de 100 personas.
Bruselas se sitúa «en el pódium (del coronavirus) de las capitales europeas, entre Madrid y París», declaró esta semana uno de los portavoces del equipo interfederal belga contra el coronavirus, Yves Van Laethem.
El experto señaló que las nuevas medidas no implican tener que «vivir como monjes», sino aplicar una disciplina sanitaria para poder mantener «una vida social» hasta que la situación mejore en «abril o mayo», según su estimación.
La escalada de nuevos contagios en Bélgica coincide con el empeoramiento de los datos también en países limítrofes como Francia, Holanda o Luxemburgo.
De media, Países Bajos ha registrado la semana pasada unos 4.160 nuevos casos por día, mucho más que la semana anterior, cuando la media fue de 2.893 contagios diarios. Amsterdam, La Haya y Roterdam encabezan la lista de lugares con más contagio.
El cierre de los bares ha sido también la opción escogida por el Gobierno de Escocia. Desde este viernes y durante dos semanas, en cinco áreas del centro de Escocia, incluidas las ciudades de Glasgow y Edimburgo, estarán cerrados los establecimientos hosteleros -incluidos bares, pubs y restaurants – menos cafeterías que no vendan alcohol.
En el resto de Escocia, los establecimientos de hostelería tienen que cerrar el servicio en su interior a las 18.00 y no podrán ofrecer alcohol, aunque sí podrán tener abiertas las terrazas, hasta las 22.00 horas. (EFE)