Ecuador es uno de los países con mayor índice de desnutrición crónica infantil. Uno de cada cada cuatro niños menores de cinco años la padece, reveló la vicepresidenta del país, María Alejandra Muñoz, durante la 36ª Conferencia Regional de la FAO.
«No podemos seguir coexistiendo entre el hambre, el sobrepeso y la desnutrición crónica infantil. No solo porque es una injusticia, sino porque no nos podemos dar este lujo», dijo la segunda mandataria ecuatoriana.
Y agregó, según un comunicado de su oficina, que «el tejido social y productivo ha quedado tan impactado como los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su generalidad y los desafíos hacia delante requieren duplicar esfuerzos y hacerlo juntos, con creatividad y disciplina».
En la reunión, Muñoz destacó que Ecuador es uno de los países con mayores índices de desnutrición crónica infantil, en donde uno de cada cuatro niños menores de 5 años sufren este mal, a la vez que 6 de cada 10 adultos tienen sobrepeso u obesidad.
«Junto a distintos actores de la sociedad y FAO como un actor fundamental, la Vicepresidencia ha emprendido una intervención de alto nivel en los cantones más afectados del país y se ha dado inicio al Despacho Itinerante para implementar un Centro de Gestión de Alto Nivel y liderar el seguimiento de las mesas territoriales», señala la nota de prensa.
Este proyecto recorrerá los seis cantones más afectados: Santa Elena, La Libertad, Taisha, Arajuno, Guamote y Guaranda. La semana anterior, el equipo de la Vicepresidencia estuvo en Santa Elena y la Libertad.
Para esta semana están previstas las visitas a Guamote y Guaranda. Se espera tener los primeros resultados en 24 semanas.
La 36ª Conferencia Regional de la FAO se celebra hasta mañana miércoles con el fin de lograr soluciones conjuntas para avanzar hacia un desarrollo sostenible, justo e inclusivo en un contexto que ha sido impactado por la covid-19.
El objetivo del encuentro es establecer las prioridades en torno a temas como mejorar sistemas alimentarios, avanzar mano a mano hacia sociedades rurales prósperas e incluyentes o la construcción de una agricultura sostenible y resiliente al clima.
«La lucha contra el hambre es una lucha de desarrollo y de paz. No podemos combatirla solos. Transformar los sistemas alimentarios para garantizar dietas saludables no es una opción, es nuestra obligación y tiene carácter de urgente», advirtió la vicepresidenta ecuatoriana en su intervención. EFE