El primero tuvo lugar en la meseta de Fizi, en la provincia de Kivu del Sur, donde luchan desde el pasado martes facciones rebeldes congoleñas: la coalición de los grupos Twirwaneho y Gumino contra la milicia Mai Mai.
«Fuimos informados e intervinimos, porque se estaba dañando la vida de los civiles. Fue una lucha feroz. Luego supimos que nueve mujeres fueron decapitadas por los Mai Mai mientras varios atacantes murieron durante los enfrentamientos», declaró a Efe por teléfono el portavoz del Ejército congolés, capitán Dieu Kasereka.
«Aún no se conoce el balance final de estos combates, pero nuestros efectivos están sobre el terreno», señaló el portavoz.
Por el momento, agregó, reina una calma precaria en la zona, donde no se han reanudado las actividades comerciales y la psicosis todavía es visible en la población.
Además, siete hombres fueron decapitados y sus cuerpos descubiertos el jueves en la localidad de Lyakobo, al sureste de la ciudad de Beni en la vecina provincia de Kivu del Norte.
Lyakobo está cerca de la prisión central de Kangbayi, atacada el pasado martes por los rebeldes ugandeses de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), que liberaron a 1.300 reclusos en una invasión que se atribuyó el grupo yihadista Estado Islámico (EI), como suele hacer cuando se trata de atentados de esa milicia, con la que parece tener lazos.
«Esto no es nada nuevo. Este es su ‘modus operandi’. Las ADF siempre han matado decapitando. Estos son cadáveres que fueron encontrados y fue horrible verlos», dijo a Efe el activista de la sociedad civil local Kizito Bin Hango.
«Estos son los mismos asaltantes que atacaron la prisión y los que el jueves atacaron la ciudad de Lyakabo, donde decapitaron a los siete civiles», añadió.
El noreste de RDC lleva años sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de soldados del Ejército regular, pese a la presencia de la fuerza de paz de la ONU (MONUSCO), que tiene más de 15.000 efectivos en el país. EFE