“Perder mis senos no me hace menos mujer”

“Soy Evelyn Sanango, tengo 39 años, 2 operaciones, 8 ciclos de quimioterapia y 30 radioterapias, hace un año me sacaron los ovarios, perdí mis cejas y mi cabello, pero eso no me hace menos mujer”.

Así inició Evelyn su discurso desde la tarima del Salón del Pueblo de Cuenca, mirando de frente a médicos, autoridades y pacientes de cáncer de seno que llegaron hacia ese lugar para conocer y aprender del valor y la fuerza de las “luchadoras”.

Ellas un grupo de 8 pacientes de cáncer que luchan a diario contra esta enfermedad, arribaron la mañana de ayer a Cuenca desde varios puntos del país como Ibarra, Quito y provincias amazónicas.

“He viajado 12 horas para llegar, pero estoy contenta de estar acá” dice Carmen Masabanda, quien vive en el norte del oriente ecuatoriano.

Las recibió un grupo de maquillistas expertos en pintura corporal o ‘body paint’ que pintó sus rostros y sus cuerpos que han recibido operaciones, masectomías y quimioterapias.

El maquillaje resaltó su belleza exterior, pero su mensaje reveló la fuerza de su alma.

Una calle de honor las recibía en su ingreso al Salón de la Ciudad donde fueron presentadas como invitadas de honor.

Evelyn se paró en el centro del escenario y sostuvo con firmeza: “Si nosotros pudimos todas pueden batallar contra el cáncer”.

“Soy bendecida, mi familia y mi esposo me han ayudado incluso durmiendo en el suelo mientras me hacían quimios, mis jefes me dijeron -si tiene que sacarse el seno, sáquese, sáquese los dos, nosotros le ponemos chichis nuevas-” contaba a los presentes.

“Tuve el apoyo de ellos y eso me ha servido por el tratamiento durante 6 años, me quedan 4 más, hay que batallarle al cáncer, no va a poder contra nosotros, contra ninguna” enfatizó la luchadora ante el aplauso de quienes escucharon su testimonio.

Su lucha no es solo contra la enfermedad comenta Silvia Carrillo quien explica que es también contra el sistema de salud pública y la discriminación por tener cáncer.

Asegura que varias de sus compañeras fueron despedidas de sus trabajos cuando sus jefes se enteraron de que tenían cáncer, hay quienes las miran con lástima por sus cicatrices y no siempre obtienen una atención de salud oportuna.

Sus testimonios también fueron escuchados por autoridades locales y representantes del sistema de salud, con el objetivo de que desde la política pública se tomen acciones para asegurar su derecho al trabajo, a un trato digno y al acceso a sus tratamientos y medicamentos.

El Ministerio de Salud Pública estima que cada año unas 28.000 mujeres ecuatorianas son detectadas con cáncer de seno, un mal que afecta a 165 de cada 100.000 mujeres en el país.

Carmen Masabanda afirma que batallar contra el cáncer no es nada fácil, por eso quieren transmitir sus fuerzas a sus compañeras de lucha.

“Queremos seguir viviendo y vamos a seguir viviendo, el cáncer no nos va a derrotar”, dice la luchadora. (JMM) (I)

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