Como todos sabemos, la prevención es una acción encaminada a evitar un riesgo a futuro y quienes lo hacen conocen muy bien sobre la problemática; sin embargo, este propósito se quiebra cuando no existe una sincronización entre la experiencia, el recurso y sobre todo la voluntad política.
Hay que comprender que el mitigar un riesgo, de distinta particularidad, pasa de la burbuja de lo individual a una esfera pública y por ende es un tema de gran responsabilidad social; ya en este punto, muchos quedan en deuda con el deber ser pues, todos los actores se ven perjudicados: los que lo quieren hacer frustran sus propósitos, los beneficiarios quedan a la intemperie y los decisores se adormecen en la gestión.
Trabajar en prevención comprende también trabajar desde le empatía, como acción-compromiso humano pues todos queremos mantenernos a salvo de algún evento contraproducente y así mismo todos queremos proteger la integridad de los nuestros, sean directos o indirectos.
Prevenir es fortalecer a una sociedad con conocimiento y herramientas que les permitan actuar antes de y es precisamente el statu quo el que no lo otorga, un estatus que bien rompería esquemas mentales si solo hubiese la firme voluntad para un cambio. (O)