Contar con obras editadas en otros países es difícil para los libreros y escritores.
Camila Peña empezó a contactarse con los libreros del Ecuador para buscar la manera de que su libro “Jardín transparente” sea parte de los escaparates y estantes de las librerías.
Su obra, que fue la ganadora del Premio de Poesía Hispanoamericana Francisco Ruiz Udiel y que es editada por Valparaíso Ediciones, estará ya en las librerías de España el primero de febrero de 2021. Sin embargo, en Ecuador, es incierto si en ese mismo tiempo estará disponible el libro.
Para los escritores, su trabajo no solo se reduce a escribir y reescribir. En estos tiempos, que están acompañados por una pandemia, los autores deben moverse de un lado al otro, principalmente para que sus obras estén disponibles.
Una experiencia similar ya la vivió –y la vive– la escritora Natalia García, con su novela “Nuestra piel muerta”. A pesar de que el libro va por su tercera edición, en Ecuador es muy difícil conseguirla.
De hecho, cuando la novela fue publicada por “La Navaja Suiza”, Natalia tuvo que traer por su propia cuenta. Intentó una segunda vez, pero la emergencia sanitaria se vino encima, y el pedido quedó en nada.
¿Por qué es tan difícil encontrar libros de ecuatorianos en Ecuador que son editados por editoriales extranjeras?
“Creo que la labor de las librerías es ya compleja. El problema empieza con lo caro que es importar, desde el hecho de que ni siquiera tenemos correos. No hay apoyo a las librerías”, dice Camila Peña.
Para las editoriales independientes no es rentable mantener una distribución directa con Ecuador por los costos que suponen ingresar libros extranjeros al país. Ante ello, si no se quiere exportar desde España, la única salida es buscar contactos en Argentina, Perú y Colombia, en donde es un poco más fácil adquirir títulos literarios.
Pero, aun así, los costos no varían en mayor medida, y si el libro llega a Ecuador, puede llegar a costar hasta el doble del precio establecido en España.
“Comprar un libro es un lujo. Y en este caso, creo que le compete al Gobierno establecer políticas para ayudar a las librerías a traer libros sin tanto gasto”, agrega Camila.
Redes
Para Natalia García, quien trabaja con varios traductores porque su novela será traducida al francés, inglés y turco, los escritores tienen que formar redes para que sus obras tengan una mejor distribución. “Una idea sería que las librerías se unieran y trajeran los libros que se están editando en el extranjero, buscar distribuidores no solo en España sino en otros países. Creo que no hay que dejar esto solo al nivel de los distribuidores, sino de nosotros también, de hablar personalmente con los libreros para traer”, dijo Natalia.
La autora de “Nuestra piel muerta” está consciente del trabajo que están haciendo las librerías, sobre todo de mantenerse en estos tiempos inciertos, y para ella es momento de entender esa labor que tienen: buscar que los escritores y, sobre todo, las escritoras del país –que en el último lustro han sido renombradas en el mundo, quizá como nunca antes– estén en sus vitrinas.
Segundo poemario
Natalia García terminó el borrador de su segunda novela. Ahora se encuentra editándola. Una vez que concluya espera que su obra sea publicada por La Navaja Suiza, que fue la encargada de editar Nuestra piel muerta.
Camila Peña está trabajando en lo que podría ser su segundo poemario. Mientras tanto, continuará finiquitando detalles de Jardín transparente, un libro de poesía que será publicado por Valparaíso Ediciones, el próximo primero de febrero.(AWM)-(I)