Al menos 22 muertos en Yemen en un ataque dirigido contra el nuevo Gobierno

Al menos 22 personas fallecieron y medio centenar resultaron heridas este miércoles a causa de un ataque que provocó tres explosiones en el aeropuerto de Aden, en el sur del Yemen, a la llegada del Gobierno de unidad yemení recién formado con los separatistas sureños.

El Ejecutivo de Yemen internacionalmente reconocido, cuyos miembros salieron indemnes del ataque, atribuyó este a los rebeldes hutíes, con los que está en guerra desde finales de 2014, aunque estos se desvincularon de la agresión al solidarizarse con las víctimas y condenar lo que denominaron como “facciones mercenarias”.

Testigos presenciales dijeron a Efe que dos de los estallidos se registraron en la principal terminal y el tercero a la entrada del aeropuerto en el momento en el que aterrizaba, procedente de Riad, el avión con los ministros del nuevo Gobierno formado el 18 de diciembre con la participación de los secesionistas.

En ese momento había un gran número de periodistas y personal de seguridad en el aeropuerto para recibir al nuevo Ejecutivo, por lo que el ataque quedó grabado por varios canales de televisión.

Las imágenes difundidas por estos muestran que las explosiones s produjeron cuando los ministros estaban desembarcando del avión y en un plano se aprecia lo que parece ser un misil impactando en el aeropuerto y provocando una de las explosiones.

A continuación los camarógrafos grabaron columnas de humo negro saliendo de la terminal del aeropuerto, un gran socavón en el asfalto provocado por una de las explosiones y varias personas tiradas en el suelo a la entrada de la terminal.

CONDENAS AL ATAQUE

El Ministerio del Interior yemení aseguró en un comunicado en su página web que está trabajando con la coalición internacional de países árabes que apoyan al Gobierno en su lucha contra los hutíes “para determinar el tipo de estos proyectiles y conocer la magnitud de los daños causados por el impacto”.

En esa misma nota indicó que «el número de víctimas mortales del ataque al aeropuerto de Aden ascendió a 22 y otras 50 personas resultaron heridas, entre civiles, trabajadores del aeropuerto y personas que vinieron a recibir al Gobierno legítimo”.

El primer ministro Maeen Abdelmalik Saeed condenó a través de su cuenta de Twitter «el acto terrorista cobarde» y consideró que «forma parte de la guerra que se libra contra el Estado yemení y su gran pueblo».

El ministro de Información yemení, Muamar al Eryani, acusó directamente a los rebeldes hutíes, y afirmó que lo sucedido no impedirá que los miembros del Ejecutivo lleven a cabo su «deber nacional», porque su «sangre y alma no es más preciosa que la de los yemeníes».

También el Ministerio del Interior habló de “acto traicionero perpetrado por la milicias hutíes”.

LOS HUTÍES SE DESMARCAN

Sin embargo, desde el Gobierno hutí, que controla parte del oeste y el norte del país, incluida la capital, Saná, de la que expulsó al presidente Abdu Rabu Mansour Hadi hace seis años, la única reacción ha venido del viceministro de Exteriores, Husein al Ezzat, que desmarcó al movimiento del ataque en un mensaje en su cuenta de Twitter.

“Nos solidarizamos con los familiares de las víctimas y condenamos firmemente a todas facciones mercenarias por no sentir la responsabilidad por las vidas de gente inocente, deseando que arreglen sus cuentas lejos de las instalaciones civiles y públicas”, afirmó.

Por su parte, el enviado especial de la ONU para el Yemen, Martin Griffiths, condenó el ataque y la lamentó la muerte y las heridas sufridas por «muchos civiles inocentes» y destacó que este «acto inaceptable de violencia es un trágico recordatorio de la importancia de que el Yemen vuelva rápidamente al camino de la paz».

También el Gobierno de Emiratos Árabes Unidos, que respalda a los separatistas del sur de Yemen, condenó el ataque, el cual, dijo, muestra “el peligro que enfrenta la región por el golpe hutí y los esfuerzos de estas milicias para socavar la seguridad y la estabilidad en la región”.

La guerra de Yemen enfrenta a los hutíes, un movimiento chií respaldado por Irán, con el gobierno reconocido internacionalmente de Rabu Mansour Hadi, que está apoyado por una coalición de países árabes liderada por Arabia Saudí pero que también ha debido confrontar a los separatistas del Consejo Transitorio Sureño (CTS), apoyado por Emiratos Árabes Unidos.

El Gobierno legítimo y el CTS firmaron un acuerdo en noviembre de 2019 para un alto el fuego y la conformación de un Gobierno conjunto, pero su cumplimiento se demoró hasta el pasado 18 de agosto, cuando el presidente, exiliado en Arabia Saudí, anunció la formación de un Ejecutivo que incluye a cinco ministros (de un total de 24) de los separatistas. EFE

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