OPINIÓN |La costumbre de hacer testamentos el fin de año para burlarse o satirizar ciertos hechos acaecidos en los últimos doce meses, casi que ha brillado por su ausencia en este inédito, atípico y doloroso 2020; pero, he aquí que ciertos personajes políticos, tratando de “sintonizarse” con sus electores han adoptado novedosas iniciativas que, por decir lo menos, no tienen nada que envidiar de las parodias vinculadas a los “testamentos” mencionados o a las charadas del tiempo de inocentes.
Una corresponde al ex presidente Bucaram y hoy candidato con grillete para la asamblea nacional, cuando decide festejar por las redes sociales el triunfo del Barcelona y se suelta una andanada de malas palabras, que las publica sin pudor, más apropiadas para un lupanar o para el fango, que para la boca de un ex presidente de la nación. ¡Vergüenza y mal ejemplo!
La otra, un video publicitario electoral en el que aparece el candidato presidencial Gutiérrez con su binomio, ambos disparando unas armas rarísimas de las cuales salen unos rayos luminosos y de colores, mientras ellos están vestidos con unos trajes parecidos a los de las guerras de las galaxias. Si no lo hubiera visto no lo hubiera creído, pero, creer que con esa publicidad van a ganar votos, ¡talvez para el consejo estudiantil de un jardín de infantes!
Otra es “obra” del candidato presidencial Hervas, en la cual, y con el fondo musical de una guaracha de cantina, aparece disfrazado de “viuda”, con vestido y peluca, bailando pésimamente mal y con un maquillaje para el olvido. No se le entiende su mensaje; pero, lo que sí se entiende es: ¿desea el elector que alguien, disfrazado como la “viuda” del video, dirija los destinos de la nación?
Y la guinda en el pastel. El “emparamado” Arauz, ha lanzado un plan para reunir fondos para su campaña con colaboraciones de sus simpatizantes, queriendo hacernos creer que su pobreza es franciscana. ¡Sin motivito!, si solamente con un dólar de cada cien dólares que se robaron en la década bailada, tendrían para costearse unas tres campañas seguidas y aún quedarían con vuelto para financiar la revisión de las sentencias. (O)