El pasado 26 de septiembre, un tribunal ordenó la prisión preventiva de Jacobo Bucaram, un día después de haber sido expulsado de Colombia, por haber ingresado de forma irregular a mediados de 2020.
Jacobo Bucaram está detenido por su presunta participación en un caso de delincuencia organizada, que se originó cuando se indagaba una supuesta red de corrupción articulada para vender insumos médicos a hospitales del Estado.
En ese caso están involucrados, además, dos ciudadanos israelíes que fueron detenidos en 2020 por supuesta corrupción en la provincia costera de Santa Elena, uno de los cuales fue asesinado en agosto en una cárcel de Guayaquil donde estaba recluido.
En declaraciones a la prensa en las afueras de la cárcel donde se encuentra su hijo en Quito, el exmandatario denunció además que en «la mesa chica» del Gobierno de Lenín Moreno «decidieron perseguir a la familia Bucaram» porque es «una familia mediática», y «han inventado una serie de procesos brutales y nadie sabe por qué mi hijo está preso».
Ello porque en el juicio por delincuencia organizada, uno de los involucrados ha dicho que no conoce a Jacobo Bucaram, aseguró el exjefe de Estado, que gobernó Ecuador por seis meses entre 1996 y 1997, cuando fue destituido por incapacidad mental para gobernar decretada sin examen médico ni derecho a la defensa.
«Hay una persecución brutal contra la familia» Bucaram, aseguró el exgobernante al adelantar -sin aclarar detalles- que hoy llegaron a su oficina los registros de unas conversaciones telefónicas en las que supuestamente altas autoridades ordenan que acusen a otros familiares suyos.
Avanzó que escuchará todas las grabaciones y las hará públicas posiblemente la próxima semana.
Procesado también en el caso por el presunto delito de delincuencia organizada, Bucaram aseguró que lo hostigan en las madrugadas a través la activación de sonidos en el grillete electrónico que la justicia ordenó que utilizara.
Precisamente mientras ofrecía las declaraciones a la prensa se activó el dispositivo electrónico que lleva en el tobillo el exjefe de Estado, que prevé participar como candidato a legislador en las elecciones de febrero próximo, cuando también se designará al sucesor de Moreno.
Anunció que presentará una denuncia penal para que se investigue por presunta delincuencia organizada a María Paula Romo, quien era ministra de Gobierno cuando se abrió la investigación contra los Bucaram y cuyo nombre se mencionó en 2020 en un supuesto reparto en el manejo de ciertos hospitales, extremo que ella niega.
«Esto es una persecución infame y es una pinta más al tigre. Después de 57 juicios penales que he tenido, me siento honrado», señaló mientras unos cincuenta simpatizantes gritaban a su alrededor consignas como «Abdalá, amigo, el pueblo está contigo». EFE