Bajar impuestos, crear millones de empleos, préstamos al 2 % y hasta internet gratis, fueron algunas de las propuestas más atrevidas presentadas por los siete candidatos a la Presidencia de Ecuador que este jueves participaron en un debate electoral organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil.
Del evento, que celebra entre este jueves, y mañana viernes en el Centro de Convenciones de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), se ausentan tres de los 16 aspirantes a la presidencia: Andrés Arauz (Centro Democrático-Compromiso Social), Yaku Pérez (Pachakutik) e Isidro Romero (Avanza).
Arauz y Pérez son dos de los tres candidatos principales en los comicios del 7 de febrero en Ecuador, lo que ha restado peso al debate, el primero de cuatro días consecutivos pues mañana se celebrará la segunda parte, y el sábado y domingo hay convocado otro, también en dos partes, pero ya organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
PROMESAS Y MÁS PROMESAS
Guillermo Lasso, del centroderechista CREO y el tercer candidato a priori con mayores posibilidades en las elecciones de febrero, prometió crear hasta dos millones de puestos de trabajo: los 700.000 perdidos durante la pandemia, y otros 1,3 millones durante «14 años de mala administración», período que identifica con el «correísmo».
Otro, Pedro José Freile, del movimiento Amigo, fue mucho más allá con una propuesta para regularizar «el trabajo por horas» para sacar al país de la crisis y de su «agonizante» sistema constitucional «que no tiene viabilidad», en tanto que la mayoría hablaron de reducir impuestos y agilizar préstamos para poder incentivar al sector productivo, y con ello generar empleo.
El debate que comenzó este jueves es el segundo de tres que verán las elecciones en Ecuador, donde poco más de 13 millones de personas están convocadas a las urnas el próximo 7 de febrero para elegir a su presidente, vicepresidente, 137 asambleístas y cinco miembros del Parlamento andino.
Con un alto nivel de demagogia, y numerosas desacreditaciones a la gestión del actual mandatario, Lenín Moreno, que no concurre a los comicios, e incluso de gobiernos anteriores, los siete participantes instaron a reformas amplias y generalizadas, para luchar contra fenómenos como la corrupción, salir de la crisis del coronavirus, incentivar el emprendimiento, reducir los impuestos, incrementar el empleo y la política comercial.
Un debate centrado en aspectos económicos, comerciales y financieros en tiempos en los que Ecuador pasa por una época difícil, con una severa falta de liquidez y una gigantesca deuda nacional, más de 60.000 millones.
ZONAS LIBRES
Giovanny Andrade, del Movimiento Unión Ecuatoriana, propuso incentivar la «inversión extranjera» mediante la creación de «zonas libres para atraer capital extranjero, y que sepan que su capital está tranquilo», además de la necesidad de convencer a empresas extranjeras de que levanten sus industrias en el país para el procesamiento de materia prima.
Paul Carrasco, del Movimiento Nacional Juntos Podemos, exhortó a la «amnistía bancaria», «al subsidio del trabajo de jóvenes entre 20 y 30 años», y un acuerdo con el FMI «para entrar en moratoria en el pago de la deuda» y dedicar los recursos disponibles a la productividad.
Un abanico de propuestas para los que pocos de ellos ofrecieron realmente planes de ejecución, limitándose a comparar la situación de Ecuador con la de Estados vecinos y sugerir que cuando estén en el Gobierno harán una revisión completa de los presupuestos nacionales y de las estructuras de gobierno.
La corrupción fue otro de los temas más candentes de la noche, con la conocida propuesta de Lasso de convocar una comisión internacional, no relacionada a Ecuador y bajo supervisión de la ONU y la OEA, que lleve a cabo un trabajo realmente independiente y fuera de injerencias políticas nacionales.
Gerson Almeida, del Movimiento Ecuatoriano Unido, se refirió a esa lacra como «un árbol venenoso» -aparente referencia bíblica (Almeida es pastor evangélico)- y que fue «inoculado en este país hace 200 años», costándole «17.000 millones de dólares».
VENDIENDO HUMO
También en el tapete el problema de acceso a créditos, fundamentalmente porque frenan el desarrollo, o la reducción del IVA bien sea de forma generalizada o por sectores, y también otros impuestos, esto último lo más sugerido como solución a los problemas.
Guillermo Celi, de Suma 23, habló de reducir el IVA del 12 al 8 por ciento para «generar dólares en el bolsillo de las familias ecuatorianas» y «vender bonos de deuda interna» para garantizar 4.000 o 5.000 millones con los que generar emprendimientos y apoyar a las Pymes.
Tan sólo un candidato, Xavier Hervas, de Izquierda Democrática, elevó fuertemente su voz contra la reducción de impuestos en un momento de «desfinanciación» del Estado.
«Soy nuevo en la política, no podemos aumentar impuestos ni quitar subsidios, pero… ¿Cómo vamos a reducir impuestos, o el IVA?», dijo al exhortar a sus compañeros de debate a abandonar la «demagogia»: «No para buscar el voto digamos que bajaremos impuestos. Ya estamos desfinanciados, como es posible que les vendamos humo» al ciudadano.
Porque humo, mucho humo, es lo que hubo en otro debate más de unas elecciones con demasiados candidatos sin posibilidades reales. EFE