Todos los días nos encontramos con un futuro de angustia en cada esquina, acera y plaza de nuestras ciudades. Le vemos en el rostro de los niños y de sus padres, pidiendo unos centavos para subsistir, son familias venezolanas, que huyeron de la dictadura que destruye su país. Caminaron miles de kilómetros por los senderos de otras geografías y realidades, pero que a su hora escogieron gobiernos de apertura y tranquilidad, que han garantizado una vida libre, de trabajo y producción, sin pretensiones estatizantes, ni apetitos ocultos de grandezas sin ética. Tiranías siniestras que ocultan su identidad para saquear los bienes públicos o como del IESS y más esfuerzos legítimos de la iniciativa y trabajo, de quienes si ponen su calidad humana en la construcción del bien común.
Entones en las elecciones del próximo 7 de febrero, con el pensamiento en nuestras familias, en una conducción eficaz de la salud, ya que debe ser el gobierno pos pandemia, pero en especial pensando en la Patria, demos el voto por quienes garanticen trabajo, respeto integral a la dignidad humana, salud y educación. Iniciativas seguras de inversión productiva, de transparencia y de justicia.
Entre los dieciséis binomios, dos deben pasar a la segunda vuelta o quizás, se logre elegir al presidente del Ecuador en una sola, lo que sería una gran oportunidad de apertura al futuro. Esta elección en las condiciones actuales, debe decidirse con el triunfo de Guillermo Lasso y Alfredo Borrero, la trayectoria empresarial y la salud social, son dos factores decisorios. Sufraguemos con responsabilidad cívica con el corazón puesto en la Patria y en el destino de nuestras familias. (O)