El Municipio de Cuenca aplica una nueva prueba del proyecto de supermanzanas. Esta vez en un área que está delimitada por las avenidas Don Bosco, Loja, De Las Américas e Isabel La Católica, al sur de la ciudad.
Este es el tercer ensayo de esta nueva propuesta de movilidad, pues los dos anteriores fueron en el centro histórico de Cuenca. El primero en septiembre de 2019 y el segundo en enero de 2020.
La Fundación El Barranco, de la municipalidad, hizo una serie de encuestas a partir de estas experiencias. Estas concluyeron en que es notorio el incremento en la sensación de seguridad en los espacios públicos.
Por ejemplo, un 41% de los encuestados vio la posibilidad de hacer permanentes estos cambios en la vialidad en el centro, cuyo fin es que la población se apropie de las áreas públicas.
Una de las ventajas más importantes de las supermanzanas es que se crea un área más segura para las personas que caminan o van en bicicleta. Además se estimula una reapropiación del espacio público.
Con estas asimismo se disminuye la contaminación por emisión de gases de motores, se reducen el ruido y se garantiza las facilidades para que la población se movilice a pie.
De acuerdo con la Dirección de Gestión de Movilidad (DGM), el número de vehículos en Ecuador, índice que se conoce como tasa de motorización, es de 120 por cada 1.000 habitantes. En Cuenca es el doble: 240 por cada 1.000 pobladores.
Asimismo en esta ciudad se estima que hay alrededor de 150.000 carros, de los que únicamente 475, es decir el 0,31%, son buses urbanos. Estos sirven para la movilización de no menos del 40% de la población.
Enrique Tacuri, quien tiene una tienda en el sector de las calles Miguel Cabello Balboa y Fray Gaspar de Granada, donde se aplica en esta ocasión las supermanzanas, cree que falta más información sobre este experimento.
Pero él está de acuerdo con que las zonas públicas sean preferentemente para las personas y no para vehículos. “Creo que necesitamos más espacios para compartir, así incluso nos conoceríamos más entre vecinos…”, indicó.
El criterio de Tacuri contrasta con el de Emilia Arízaga, quien vive en el sector de la avenida Isabel La Católica y Hernán Cortés. Ella considera que no es una buena opción reducir los espacios de circulación para vehículos.
“Vemos y somos testigos de que cada vez en mayor medida hay lugares en la ciudad que están caotizados por el tráfico vehicular y no veo lógico que sigamos ocasionado más problemas para los conductores…”, expresó. (CSM)-(I)
TRANSPORTE PÚBLICO
Según Marco Sagbay, ingeniero civil e investigador de soluciones de tránsito, si bien las supermanzanas son una buena opción para regular el tránsito, cree que es necesario antes mejorar las condiciones para el transporte público.
A criterio de Sagbay el Municipio de Cuenca tiene que asegurar que los buses tengan corredores libres para circular, pues estas unidades transportan a miles de pasajeros y tienen que hacerlo en los menores tiempos posibles.
Indicó que las supermanzanas se aplican en algunas ciudades de Europa con resultados positivos; no obstante, en Latinoamérica es otra realidad sobre todo por la cultura de los conductores.