El servicio de prisiones de Ecuador SNAI ha informado que controló la situación en el centro de privación de libertad de Cotopaxi, donde esta mañana se produjo un nuevo amotinamiento, si bien no ha aclarado si los cinco agentes que estaban retenidos fueron liberados.
«Gracias a la acción coordinada entre el SNAI y la Policía de Ecuador se informa que el incidente producido esta mañana en el Centro de Privación de Libertad Cotopaxi N°1 ya ha sido controlado», dice una escueta notificación por redes sociales.
El SNAI no ha hecho mención a los cinco agentes de prisiones que estaban retenidos, como tampoco lo han hecho el ministro de Gobierno (Interior), Patricio Pazmiño, ni el comandante de la Policía, Patricio Carrillo, durante una comparecencia este lunes en la Asamblea Nacional.
Los cinco agentes penitenciarios quedaron retenidos por la mañana en un nuevo amotinamiento en esa prisión unos 80 kilómetros al sur de Quito, donde el martes murieron ocho reclusos en una ola de enfrentamientos en varias prisiones.
En total, unos 80 reclusos murieron y otras veinte personas resultaron heridas en los choques armados, atribuidos por el Gobierno y los organismos de seguridad a una rivalidad entre dos bandas por el mercado delictivo y del narcotráfico.
En la sesión de la Asamblea, Pazmiño destacó que la crisis carcelaria proviene de «una delincuencia organizada» y aunque explicó los conceptos de la misma no habló del caso particular de este lunes.
Por su parte, Carrillo se refirió a la función policial para estos casos, limitada a una intervención cuando se producen actos violentos, pero en ningún caso vinculada a la gestión de los centros.
Y señaló que dentro de las prisiones cualquier excusa puede convertirse en un detonante, más allá de las rivalidades entre las bandas.
«Cualquier chispa puede explotar. Si la comida está fría, entendiendo que son comidas monótomas, puede ser motivo para que exploten en amotinamientos. Debemos entender que estamos trabajando con una sobrepoblación de gente violenta», destacó.
«La Policía actúa donde hay negación absoluta, los patrones repetitivos de expresiones de odio demuestran las desigualdades; son efectos del poder total de una organización criminal y la convivencia forzada de otros dominados al interior», agregó. EFE