Cuenca acaba de celebrar un nuevo aniversario de su fundación española y lo hace en un contexto positivo pero al mismo tiempo con grandes desafíos por delante. El contexto positivo está dado por el resultado de las elecciones presidenciales y el reciente triunfo de la defensa de sus fuentes de agua. El desafío está en lograr una autonomía plena a través de un sistema federalista.
El resultado de las elecciones significó la ruptura con un pasado de tres lustros de sumisión al correísmo. Cuenca votó durante ese tiempo reiteradamente por un sistema que resultó corrupto y autoritario. Casi nada recibió a cambio, que no sea aislamiento por tierra y aire y una cárcel que genera alta peligrosidad. El domingo pasado la mayoría se desencantó de ese pasado y cambió su voto, tal como lo hizo la gran mayoría del país.
El otro elemento positivo es la reciente aprobación mediante consulta popular de la prohibición de hacer minería metálica en las fuentes de agua de los ríos. Queda por delante el cumplimiento de esa voluntad popular. Guillermo Lasso desde el inicio de su campaña se pronunció claramente por el apoyo a la tesis de Cuenca y eso crea un panorama positivo que facilitará el proceso.
El gran desafío para Cuenca, 464 años después de su fundación, es romper con el centralismo que le ha ahogado siempre y que continúa… La descentralización no le interesa ni a la derecha ni a la izquierda extremas, que son autoritarias y concentradoras del poder. La mayor lucha que se ha dado contra el centralismo fue la que libró como diputada Susana González Muñoz, hace varios años, pero desde allí poco se ha avanzado.
La gran lucha para hoy y el futuro es llegar a un sistema federalista que le libere, no solamente a Cuenca sino a todo el país de la dependencia de un estado centralista, lejano e ineficiente. (O)