La amarga sensación que nos dejan los resultados electorales en un significativo sector de la sociedad ecuatoriana se consuela, de alguna manera, gracias a la interesante reflexión de analistas económicos a la hora de diseccionar los resultados electorales en los que miran una considerable oposición ciudadana al nuevo Gobierno como así se han definido ya algunas agrupaciones políticas y organizaciones sociales. El peso simbólico del voto nulo, en medio de las sombras de fraude electoral y, por tanto, de poco o escasa legitimidad obliga a las nuevas autoridades dar un giro radical a la hora de gobernar y de enfrentar temas sustanciales como la autonomía territorial de los pueblos y nacionalidades indígenas, la depredación de la naturaleza y los derechos de las mujeres, sobre todo cuando enfrentamos una crisis económica y moral sin precedentes en la que el uso de símbolos de la lucha feminista como son los zapatos rojos no son suficientes para asegurarnos que no se convertirán en regentes de la moral de los ecuatorianos o cuando presentarse como “el cambio” no evitará sus afanes extractivistas. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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