Aglomerados en el día y disciplinados en la noche

Son las ocho de la noche del viernes en el redondel de la Chola Cuencana y las personas que están caminando por la calle con bolsas de compras de último minuto aceleran el paso, los autos también: empezó el confinamiento total. Todos los que circulan por la zona se apresuran menos un grupo: los encargados de controlar que el estado de excepción se cumpla. En el operativo interinstitucional de esta noche saldrán miembros de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Ciudadana, del Consejo de Seguridad Ciudadana de la EMOV y de la Intendencia del Azuay, entre todos suman más de cincuenta personas. Los altos mandos de estas entidades se reúnen en el centro para dividir estratégicamente a sus miembros en dos equipos: el uno irá al norte y el otro al sur de la ciudad. Esta noche acompañaremos al Intendente Jorge Cabrera en sus labores.

El reloj da las ocho y cuarto de la noche y todavía hay una cantidad preocupante de autos circulando por las calles. Los miembros de la Policía Nacional esperan agrupados a un lado y los de las Fuerzas Armadas al otro. Los militares tienen una posición relajada hasta que son apuntados con una cámara, que les obliga a ponerse simultáneamente en posición militar. Los medios de comunicación han tomado sus fotos, han hecho sus entrevistas y de repente se forman los altos mandos en el centro para una foto final. Empieza el operativo y el Intendente Jorge Cabrera dice “ojalá encontremos carne y no hueso”, refiriéndose a que le gustaría dar con los sitios en los que la ley se está incumpliendo. Nos dirigimos con el Intendente al sur de Cuenca. “La otra semana fuimos al norte y no hubo nada”, dice.

La primera parada de la noche es el redondel del Estadio. Las motos bloquean todas las salidas menos dos para hacer los controles. Uno de los vehículos institucionales eleva desde su techo un panel que emite una luz de color blanco muy fuerte, tan fuerte que ilumina todo el lugar en donde se realizará el operativo “desde ahí se toman las fotos que usted ve de los operativos”, dice Juan Álvarez, miembro del equipo de comunicación de la Gobernación. Las autoridades dan la orden de también controlar a los taxis, pues podrían cargar alcohol en su interior y su venta está prohibida según el decreto del COE Nacional. Pasan motos con entregas, taxis y vehículos normales. Una joven va tan relajada en su auto que se fuma un cigarrillo mientras con la otra mano gira el volante para que le hagan la revisión vehicular, claramente tiene permiso de circulación.

Más se demora el operativo en instalarse que en levantarse “ya se enteraron que estamos aquí, vámonos”, dice el Intendente mientras en las calles ya casi no pasan vehículos. A lo lejos se ve a varios vehículos entrar por las calles secundarias para evitar encontrarse con el operativo. Ahora nos dirigimos a Las Américas, en donde hay reportes de que muchos carros circulan todavía. “¿Usted sabe por qué se llama redondel Eloy Alfaro si tiene la estatua de Simón Bolívar?” , bromea el Intendente con uno de los funcionarios.

Ya en el redondel “no hay nadie”, dice el Intendente y da la orden a su equipo de dirigirse a Baños. Todos los vehículos giran el redondel en dirección a la zona mientras las sirenas provocan que algunas personas que están en sus domicilios se asomen a ver qué pasa. El mercado del Arenal se encuentra vacío y todos los carros que se veían por las calles hace menos de una hora se ven reducidos casi a cero, las motos de entregas se han apoderado de la ciudad.

El siguiente operativo se ubica en el Control Sur y el frío saca unos cuantos “chachai” de las bocas de los funcionarios. Hay una tienda abierta y los miembros de la policía se acercan para indicarle a su dueña que tiene que cerrarla inmediatamente, esto asusta a la hija de aproximadamente dos años de la dueña que grita y llora desde adentro “¡mami!¡mami!”, la mamá comprende y cierra su establecimiento. En esta parada, que dura aproximadamente cuarenta minutos, todos los detenidos cumplen con las normas establecidas y la única novedad es que la temperatura ha bajado incluso más. Ahora mismo las mascarillas cumplen una doble función: también protegen del frío. “Hay un reporte de que en Baños hay una fiesta, vamos”, dice el Intendente Cabrera. En el vehículo el funcionario va relajado y conversando con sus compañeros de trabajo en la que parece ser una noche tranquila “ahorita está tranquilo pero hubiera visto cómo se aglomeró la gente hoy por el feriado, tuvimos que ir a los centros comerciales a controlar el aforo”, explica.

Foto: Gobernación del Azuay

Camino a Baños la caravana se detiene, pues un hombre se encuentra caminando por la calle, “yo soy del barrio Miraflores” (al otro lado de la ciudad), dice el hombre mientras muestra su cédula, él pasará la noche en la comisaría, pues lamentablemente no tiene una justificación para estar circulando por ahí libremente en estado de excepción, este será el único detenido por el grupo enviado al sur esta noche. Sigue el operativo y tal parece que el grupo se fue de paseo a la Iglesia de Baños: el lugar se encuentra desolado y el Intendente indica que su equipo ya verificó que no hay ninguna fiesta ahí. La caravana de autos que subió hasta la iglesia ahora empieza a bajar por las calles aledañas con sus sirenas activadas. Son las diez de la noche pero el frío y la ciudad desolada dan la impresión de que ya estamos en la madrugada de cualquier día menos de un viernes. “Antes de la pandemia y en ciertos días de la misma nos hemos llegado a quedar hasta las cinco de la mañana”, cuenta el Intendente.

El último operativo que realiza este grupo por hoy se da en el redondel de las Américas y Primero de Mayo, en donde dos jóvenes, un hombre y una mujer, son obligados a parar por la policía, que verifica que tienen permiso de circulación porque son personal de salud. Ahí el operativo tiene una duración de aproximadamente media hora, en la que casi no circula ya vehículo alguno. Se realizan los vídeos finales a las autoridades rindiendo cuentas, en los que indican que en total entre el Distrito Norte y Sur de Cuenca se ha detenido a dos personas esta noche.

Al final del operativo se tiene la impresión de que los ciudadanos cumplieron al pie de la letra con sus obligaciones civiles para controlar la propagación del coronavirus, que es la razón por la cual se tomaron las medidas de confinamiento total. Sin embargo hay un mensaje oculto en todo esto: “Entendiendo que vivimos un día de feriado, de que el toque de queda empezaba a partir de las veinte horas significó que los ciudadanos salgan sobre todo a los centros comerciales, a los lugares de provisión de alimentos a generar aglomeraciones y es una situación que realmente nos tiene preocupados, la tarea es de todos, no existe la capacidad logística de estar detrás de todos los ciudadanos”, dice el Intendente Jorge Cabrera.

Se levanta el operativo a eso de las once de la noche y el intendente comenta en el vehículo que la semana pasada hubo más actividad y que actualmente “el verdadero problema se da en los horarios en los que los ciudadanos tienen libertad de movilidad”, explica que la gente se aglomera y no respeta las medidas de bioseguridad en los horarios permitidos. La que parece ser una ciudad disciplinada es más una ciudad agotada después de un día de intensas actividades que ignoran el estado de emergencia en el que estamos.

REM

REDACCION EL MERCURIO

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