En estados, grandes empresas y aun en pequeñas, existe un lugar especial, la gerencia, santo sanctórum donde grandes secretos son profanados y al que se ingresa genuflexos, callados y porque no, asustados, ante un semidios que toma las más extrañas e inconsultas decisiones que gravitan sobre la sociedad y el mundo. Habitación elegante según estatus y riqueza de la empresa, con ventanales sellados por gruesas cortinas que nublan toda opción de miradas curiosas, lo que obliga a gran y estética iluminación artificial. Un enorme escritorio de talla y madera finas, sillón reclinable y mullido y sala de espera para escuchar al visitante, que antes deberá examinarse exhaustivamente con varias secretarias entrenadas como el mejor sabueso para saber quién entra o que escusa le darán para evitar molesta intromisión al trono del jefe. Famosas gerencias como la de la casa blanca, donde y por arte de magia, doña Mónica manchó sus trajes con el semen de Clinton. Pablo Escobar, se fabricó majestuosa cárcel propia, con gerencia con juegos, pista de baile de prostitutas y apertrechado bar con licores más finos, desde donde, risueño y feliz ordenaba asesinar a cientos y seguir el proceso de la droga sin contratiempos. El Ecuador no podía quedarse atrás y allá van gerencias muy suigéneris en medio de cárceles resguardadas. Operativo policial dentro del presidio mismo, apresa decena de malhechores de bandas como lagartos, choneros, latín King y otras, que fueron a la gerencia del jefe PPL como llaman al preso, para recibir órdenes e inventario de víctimas a ser asesinados a balazo limpio y en medio día, dejando al inmolado como coladera y todo en defensa del territorio narcodelictivo. El contralor Pablo Celi descubierto adalid del grupo desvanecedor de glosas de cientos de millones en perjuicio del estado, para ellos recibir pingues millonadas en cuentas de testaferros y paraísos fiscales, despacha desde su gerencia carcelaria y hace teletrabajo, también. Acepta renuncia de la subcontralora que le reemplazaba, nombra nuevo contralor mientras él mismo se da vacaciones que las tenía guardadas, por la simple razón del miedo de ser descubierto en sus corruptos negocios y glosas millonarias desvanecidas. Gerencias y estas sí, impenetrables salvo para compinches, donde delincuentes manejan a su arbitrio vidas y haciendas y ordenan a desvergonzados cacos y cómplices subordinados, cubrirlos incluso en la honorable asamblea, que simpáticamente pospone el juicio político y destitución de Celi, pillo descubierto por fiscalía en sus trafasías. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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