¡A ponernos colorados!

Las últimas semanas, las noticias televisivas nos han traído imágenes e información sobre construcciones emprendidas por el BIESS, por el ministerio de deportes y por la universidad Yachay, todas ellas en los catorce años que sabemos. Sin apasionamientos, pero el ver cantidad de paredes a medio terminar, megacolumnas y cadenas de hormigón en bruto, miles de quintales de hierro, cientos de miles de quintales de arena, piedra y cemento, instalaciones eléctricas destruidas, instalaciones de agua inservibles, cisternas para alojar roedores, arbustos que crecen entre los cimientos, edificaciones casi terminadas pero vacías, inservibles, contratos malolientes, etc, se produce un dolor sordo en la boca del estómago, vinagreras intensas y náusea, perfectamente justificados.

¿Quiénes son los responsables de que esos megaproyectos inmobiliarios del BIESS, los centros de alto rendimiento del ministerio de deportes y el espejismo bananero de la Yachay, en los cuales se gastó millonadas, léase bien “millonadas” de dólares, hoy se encuentren oxidándose, destruyéndose, a merced de las inclemencias del tiempo, en un país supuestamente pobre, y gracias a las trapacerías de quienes tuvieron que ver con estas “inversiones”? ¿No sería bueno, como ya la platita está mismo botada, dejar estos “elefantes blancos” tal y como están, en total ruina, y colocarles unas placas con los nombres de sus “autores” y “cómplices”?

Y como para rubricar la desgracia y el cinismo, creer que ahora, quienes formaron parte del desgobierno, del despilfarro, de la fanfarronería, del atraco vil, comienzan a llenarse la boca criticando al actual gobierno porque a los 100 días de trabajo, “aún no ha resuelto” todos los males del país. ¿Será que de a poco, en los 14 años que sabemos, y sobre todo cierta dirigencia política, perdió la capacidad de sonrojarse, de avergonzarse de los daños causados, de al menos, si no resarcirlos, pero si reconocer los errores cometidos? Y ahora vuelven para reclamar, para exigir soluciones, ¿con qué cara? Urge que la sociedad ecuatoriana promueva la iniciativa de volver a la posibilidad de “ponernos colorados”.(O)

Por: Juan F. Castanier Muñoz

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