Desde la realidad del Ecuador y del mundo, en estos tiempos de confrontación, en los que la violencia, a veces o muchas veces prevalece sobre la razón y el diálogo, se presenta la necesidad del respeto al libre pensamiento y manifestación de nuestras ideas, afanes y diferencias. La vida humana, valor supremo, no puede ser cortada o impedida de realizarse, el pensamiento crítico, es la más alta forma de representar el yo profundo, el espíritu mismo de nuestro aliento vital, La cultura es simplemente el ser humano en su proceso creativo. Lo primero en una sociedad debidamente organizada, es garantizar ese derecho a la vida en el universo social y personal.
Avance definitivo de la historia, superando los muros del oprobio y del silencio, más allá del fatalismo del “torno y ritorno” de Juan Bautista Vico es el reconocimiento institucional a los derechos humanos, columna vertebral de la Sociedad, en tal perspectiva, la determinación del Presidente Guillermo Lasso para gobernar democráticamente, en la dimensión del consenso y del diálogo, es ciertamente el camino correcto, pero tal definición de su vocación civilista, no significa ceder en los principios, valores y líneas maestras de su plan de gobierno. El Presidente cuenta con el respaldo de los 53% de ciudadanos. En la entrevista con Alfonso Espinosa De los Monteros, fue claro, preciso y objetivo, sin el aspaviento demagógico del pasado cuanto más con la ecuanimidad, convicción y coherencia de sus principios.
Reformar la Constitución, con tres funciones sin hiperpresidencialismo. Eficiente legislación laboral, tributaria educativa, penal y previsional, con el cambio necesario para atender a los sectores sin trabajo a los educandos y todos quienes requieren de salud y emprender en la prioridad de crear fuentes de trabajo, seguridad jurídica e inversión productiva, industrial, minera y agropecuaria, son términos concretos de una comprensión humanista, real y técnicamente realizados. Pluralismo, seguridad social y bienestar son los principios rectores para el período de gestión que los ecuatorianos le hemos confiado. (O)