La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró el 28 de septiembre como el “Día Internacional del Acceso Universal a la Información”, un día que pasa casi que desapercibido, teniendo una importancia fundamental en la vida de los pueblos a sabiendas que engloba al conocimiento que es la base para el desarrollo de la sociedad.
El conocimiento llega por la información, que hace que los ciudadanos puedan adoptar decisiones como el hecho de elegir y ser elegidos, escoger a sus gobernantes, exigir el cumplimento y la rendición de cuentas, pero, sobre todo de informarse de las acciones y omisiones de otros seres humanos que puedan incidir en las actividades del tejido social. En función de la descrito la UNESCO contribuye al Objetivo de Desarrollo Sustentable 16 al promover: “sociedades pacificas e inclusivas, garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales”.
El acceso universal a la información se traduce en que toda persona tiene el derecho a buscar, recibir y hasta difundir la información, que engloba a la tan cacareada libertad de expresión ligada al derecho a la libertad de prensa. En este contexto, es la oportunidad para motivar y recordarle a la Asamblea Nacional que de trámite al proyecto de Ley Orgánica de Libre Expresión y Comunicación, enviada por el presidente Lasso el 25 de mayo del presente año y que deroga la Ley vigente desde junio de 2013, que fue hecho a gusto y medida del gobierno de la “RC” y que se convirtió en la famosa “Ley mordaza” para los ecuatorianos y de manera especial para aquellos que pensábamos diferente y que aspirábamos un cambio en el accionar del gobierno para sus mandantes.
En honor a la fecha actual recordarle al Presidente sus palabras, en relación al proyecto de ley mencionada: “…el gobierno promueve el Ecuador libre, y que cualquier ecuatoriano tendrá derecho de expresar su opinión, de criticar a los poderes constituidos, y que aquí no le va a pasar absolutamente nada”. QUE ASI SEA. (O)