A finales del mes de octubre, en La Paz- Bolivia, se llevó a cabo la XV Asamblea General del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC).
Uno de los temas que se analizó fue el desplazamiento de los pueblos originarios fuera de sus territorios. Actualmente, alrededor del 40 % de los indígenas de América Latina, están fuera de su territorio, sea por la migración o por presiones de varios tipos. Este fenómeno evidencia la desterritorialización y reterritorialización que lleva consigo la transformación de emociones, percepciones y sentimientos; así como las individuales, colectivas y territoriales.
En este contexto, debemos comprender la reafirmación identitaria de los pueblos indígenas, desde un concepto de frontera abierta que sobrepasa la frontera física. Debemos entender que no hay lugares ni territorios “únicos” y que sus nuevos lugares de arribo, siempre estarán ligados a su territorio (Reyes). Todo esto nos ayudará a comprender, también, las particularidades de las identidades y sus dinámicas en lugares concretos y, desde estos espacios, a pesar de que no estén en su territorio físicamente, hablar de una resignificación y revalorización, basadas en las necesidades humanas, políticas y teóricas que permitan re- conocer la identidad en este nuevo territorio.
El FILAC (un organismo internacional creado en 1992 por la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno) busca construir hermandad con los indígenas y retomar la ruta de “saber sanar y buscar unidad», responsabilidades no deben quedar solo en el campo del territorio físico, sino también, de lo perceptual, de lo imaginario, de lo emotivo y colectivo. A esto, debe sumarse el desarrollo, que debe estar acorde con la cosmovisión indígena, el respeto a la naturaleza y el conocimiento desde la ciencia indígena (Calí). (O)