«El pluripartidismo no garantiza la democracia, pero el partido único la anula por completo», asegura en entrevista a Efe el dramaturgo de 39 años Yunior García Aguilera, principal líder de la ilegalizada marcha cívica del lunes 15 para pedir un cambio político en Cuba.
Inspirado en el ejemplo de la activista afroamericana Rosa Parks, el joven disidente ha incomodado al Gobierno cubano al proponer una marcha cívica el 15 de noviembre contra la violencia, por la liberación de los presos políticos y la solución de las diferencias por la vía democrática y pacífica.
El día previo, el domingo 14, se propone caminar solo, en silencio y con una rosa blanca en el barrio habanero de Vedado, lo que le ha valido amenazas de cárcel.
El activista confiesa que está preocupado y se siente responsable por una eventual represión contra los manifestantes, pero persiste en «no ceder» en su derecho a marchar, así como Parks permaneció sentada en el ómnibus cuando fue requerida por el policía blanco.
Pregunta: ¿Cuál es el objetivo de la marcha?
Respuesta: Es sacudir un país, hacer que la gente tome conciencia, generar un debate que provoque cambios. Una buena parte de la población fingía no interesarse en asuntos políticos y evitaba buscarse problemas. Ahora la gente cree que puede lograr cambios y está decidiendo participar, sobre todo los más jóvenes cuya única esperanza era marcharse del país. Quienes no pueden irse o han decidido quedarse saben que deben tomar las riendas de su destino, participar en la realidad y provocar cambios en su beneficio. Queremos que eso ocurra de la manera más pacífica y cívica posible.
P: ¿Por qué ahora?
R: Cuba es una especie de matrioska -muñeca tradicional rusa- porque todo el tiempo acusa a EE.UU. de amenazas, sanciones, represión; sin embargo, el Gobierno se comporta igual contra el propio pueblo al reproducir ese esquema hacia el interior. Es una fortaleza sitiada donde cualquier disidencia es considerada traición y al final el que paga es el cubano de a pie al hacer las colas, comprar todo en el mercado negro, el que ha visto la peor inflación de los últimos tiempos.
P: ¿Tienen algún programa político específico?
R: Archipiélago no es un partido político. Es una plataforma plural porque, precisamente, lo que Cuba necesita es un consenso donde se discutan diversas ideas sobre el país que queremos. Tiene que ser una propuesta original que no sea un retorno al pasado porque se trata de aterrizar a Cuba en el presente y avanzar hacia el futuro. Debe haber libertad, acabarse la censura, el pensamiento y Partido único porque es absurdo pensar que un país de 11 millones de personas tenga un solo Partido. Estoy muy convencido que el pluripartidismo no garantiza la democracia, pero es que el Partido único la anula por completo. Ya llevamos 70 años desde el golpe de Estado de Batista (en 1952) en el que no hemos disfrutado de democracia y hay que cambiar ya esa historia.
P: ¿A qué aspiran?
R: A un diálogo nacional «profundo, real, transformador», que no excluya a nadie, tenga en cuenta la emigración del exilio y su resultado se exprese en las urnas. Ojalá los cubanos podamos decidir en un plebiscito cuál es el país que queremos y no se trate de qué bando le gane a otro, o se sustituya una dictadura por otra, sino que la voluntad ciudadana se exprese de la manera más cívica posible. Cuando se da una sesión de la Asamblea Nacional, del Partido Comunista o del Gobierno vemos señores muy conservadores con sus guayaberas que viven muy distinto del pueblo, se mueven en sus autos, viven en casas con piscina, no tienen que hacer una cola. No he visto una discusión sincera sobre las tiendas en Moneda Libremente Convertible que es una de las mayores preocupaciones del pueblo. Lo que vemos son votaciones unánimes.
P: Les acusan de estar financiados y apoyados por EE.UU.
R: Todo lo que dicen es falso. No hay ninguna relación con el Gobierno de EE.UU., ningún tipo de financiamiento ni recibimos órdenes de ningún lugar. Nuestra propuesta es legítima, nacida en Cuba y ha salido de las mentes de cubanos.
P: El Gobierno reveló la identidad del espía «Fernando» de la Seguridad del Estado – el doctor Carlos Leonardo Vázquez- quien dice que usted busca la confrontación con las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, no es transparente y sus acciones no son aisladas ni espontáneas.
R: El régimen trata de armar una teoría conspiranoica a partir de fotos y audios adulterados y sacados de contexto. Yo asistí a esos eventos en Buenos Aires y Madrid con mi pasaporte tramitado por la Uneac (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), la organización estatal a la que pertenecía entonces. A la Seguridad del Estado no le interesaba mi presencia allí, lo único que me decía era que no hiciera declaraciones a la prensa. Ahora han usado esos dos viajes para manipular. Este agente solo me conoció durante tres días en el evento en Madrid en 2019 y ha mentido bastante; ha usado frases que nunca diría como que dedicaría mi vida a la contrarrevolución. Nunca he usado la palabra contrarrevolución porque estoy convencido de que lo que hacemos es muy revolucionario y todo lo contrario a lo que hace el Estado que se comporta como un ente conservador, dogmático.
P: ¿Cómo responde a la advertencia de la Fiscalía?
R: Cuando cambiamos la marcha nos amenazaron con la propia Fiscalía que ha funcionado como un matón al estilo del viejo oeste diciéndonos: si sales a la calle a defender tu derecho te va a caer todo el peso de la ley. Es una ley injusta; es como el chofer del ómnibus que le decía a Rosa Parks «párese de ese asiento y déselo a ese señor porque es blanco». Es lo mismo que ha hecho la Fiscalía con nosotros. De ir a prisión renunciaría a la defensa porque no creo en el sistema judicial cubano. Desde el momento en que me lleven a la cárcel ya mi sentencia va a estar escrita y poco importa lo que yo diga. Por supuesto, no quiero ir a la cárcel, no sé si pueda ser útil dentro de ella. Cuba necesita gente que trabaje en libertad, no solo mártires o símbolos. No creo en ese morbo de que para cambiar las cosas tengan que pasar cosas terribles.
P: ¿Quién es Yunior García Aguilera?
R: Soy un artista que está metido en activismo social y político, pero no me considero un político porque tengo límites. Aunque dicen que con las dictaduras no se dialoga, yo creo en el diálogo como solución política y soy anti embargo (de EE.UU. a Cuba). No puedo permitir moralmente sanciones que hagan pasar hambre a mi familia. Aunque me quede solo voy a defender mis ideas y principios. EFE