Y era un pueblito de madera, con sus calles empinadas que cubrían los cráteres del subsuelo; un lugar de sueño en el que la bondad de sus habitantes se evidenciaba en los granos de café y en su famoso tigrillo; casas bordadas en el cerro, repletas de flores y piedras preciosas. Hasta aquí el cuento, lastimosamente Zaruma cuya denominación oficial dice “Villa del Cerro de Oro de San Antonio de Zaruma” carga durante décadas con la ambición y avaricia de los mineros ilegales. Y ahora, naturalmente, porque la naturaleza cobra, desapareció. Un socavón en pleno centro histórico ha infartado a la ciudad y lanza a la miseria a sus habitantes en vísperas de la navidad. Obvio que los ciudadanos que vivían allí ya conocían la pobreza y la corrupción de los gobernantes de turno, los cuales nunca tomaron medidas de protección y castigo. Así las cosas y hasta que dure el revuelo, han llegado militares, el presidente, los ministros y todos los etcéteras, ya cayó el anterior alcalde y colocaron nuevas autoridades. Pomposamente llamada como “Sultana de El Oro” constaba en la lista para ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Zaruma es el retrato de nuestro país, con un socavón en la mitad del pecho. Vayan para los hermanos de Zaruma todos los afectos y la solidaridad efectiva. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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