La Psicología: tabúes y beneficios

Es casi imposible definir a la s a l u d mental bajo un concepto específico más; se puede determinar si una persona tiene una buena salud mental, basado en diferentes factores. La salud mental está involucrada en lo que son emociones, bienestar psicológico y relaciones sociales; por lo tanto, influye sobre lo que se siente y cómo se siente, sobre lo que se piensa, sobre las acciones que toman las personas y las relaciones sociales.

Una persona con buena salud mental es capaz de buscar y mantener buenas relaciones personales, de desenvolverse sin problemas en el medio en el que vive, de actuar en base a su propio criterio y reconocer como válidos sus aspectos, tanto positivos como negativos, teniendo un buen autoconcepto; además, es capaz de ser consciente sobre su influencia en el entorno, de integrarse en la sociedad, de tener objetivos y metas que ayuden en su desarrollo, entre muchos otros factores que caracterizan una buena salud mental.

La salud mental es dinámica; esto significa que al igual que la salud física no siempre es constante y puede variar dependiendo de las situaciones en las que se encuentre la persona. Algunos de los factores más importantes que influyen en la salud mental son: problemas familiares, de pareja o laborales, cambios en la salud física, experiencias traumáticas, factores biológicos y estilo de vida.

Según el psicólogo clínico René Zalamea, la salud mental puede ser muy vulnerable en algunos momentos de la vida de la persona y existe un desconocimiento general de la importancia que esta tiene. Muchas personas no saben identificar o no tienen conciencia sobre los problemas de salud mental que están cursando, por lo tanto, no tienen la demanda personal de buscar ayuda psicológica.

La psicóloga clínica, Martha Barros, asegura que en el ámbito de la psicología infantil y adolescente, los padres en la actualidad se encuentran mucho más abiertos a la atención psicológica que años atrás y no solo llevan a sus hijos al psicólogo cuando la escuela lo sugiere, sino que ellos también están más capacitados para identificar cuando algo no es normal en la conducta y emociones de sus hijos.

Trastornos mentales y problemas normales

No todas las ramas de la psicología se encargan del tratamiento de trastornos mentales, por lo tanto, no todas las problemáticas que tratan los psicólogos pueden ser catalogadas como trastornos mentales.

Se denomina trastorno mental a una amplia gama de afecciones que alteran el estado de ánimo, el comportamiento y el pensamiento. Se suelen identificar porque producen alteraciones o anomalías en el pensa miento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones sociales. Existen diferentes tipos de trastornos mentales, tales como:

  • Trastornos de ansiedad: Suelen sentir miedos y preocupaciones intensas que interfieren con situaciones cotidianas e impiden que la persona pueda realizar ciertas actividades con normalidad. Se mencionan: trastorno de ansiedad generalizada, fobia o ansiedad social, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno por estrés postraumático, entre otros.
  • Trastornos del estado de ánimo: También conocidos como trastornos afectivos, presentan una distorsión en el estado de ánimo en el que este no corresponde a las circunstancias; los más frecuentes son el trastorno depresivo y el trastorno bipolar.
  • Trastornos de la conducta alimentaria: Relacionados con la alimentación de las personas, influenciados por factores biológicos y de personalidad; los más conocidos: la anorexia y la bulimia.
  • Trastornos psicóticos: La persona pierde la conexión con la realidad; tiene alucinaciones y delirios, tales como: la esquizofrenia, trastornos delirantes o paranoias.
  • Trastornos de la personalidad: Dificultad de percibir ciertas situaciones o personas haciendo que la persona encuentre limitaciones en el trabajo o escuela, en las relaciones sociales o en actividades que involucren la interacción con otras personas; por ejemplo, trastorno límite de la personalidad, trastorno de la personalidad antisocial o psicopatía.

Estos son solo un pequeño porcentaje de la gran cantidad de trastornos mentales que se encuentran catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este tipo de trastornos son patologías que se tratan con terapia psicológica y, en los casos más graves, se derivan a un psiquiatra para que pueda aplicar la medicación pertinente.

Resolver problemas cotidianos

En contraste con las áreas de la psicología encargadas de tratar los trastornos mentales, existen otras que se especializan en resolver problemas cotidianos que no llegan a ser trastornos mentales:

  • Psicología de familia: Atiende a varios miembros de una familia con la finalidad de resolver problemas de convivencia.
  • Psicología del deporte: Asistencia psicológica a los deportistas de élite para que aprendan a lidiar y controlar el estrés que se genera durante las competencias deportivas.
  • Psicología experimental: Relacionada con muchas otras ramas de la psicología; se centra en realizar hipótesis e intentar aplicar experimentos para comprobar estas hipótesis y de esta manera poder generar nuevas teorías para avanzar en el conocimiento que se tiene sobre la mente y los procesos mentales.
  • Sexología: Se enfoca en el tratamiento de los problemas sexuales de cada persona con el principal propósito de mejorar su vida sexual.
  • Psicología gerontológica: Especializada en tratar los problemas emocionales que sufren las personas al llegar a la tercera edad que normalmente están vinculados con sentimientos de soledad y miedo a la muerte.
  • Psicología social: Mejora la productividad dentro de las empresas y mantiene un buen ambiente de trabajo; también ocupa un papel crucial al momento de seleccionar y contratar nuevo personal.

Esta es una pequeña muestra de los alcances y utilidades de la psicología en la actualidad. Muchas personas no conocen estas áreas y especialidades en psicología que pueden ser muy útiles para mejorar la forma en la que uno se relaciona con el entorno.

Asistir a las consultas psicológicas

Como se ha mencionado antes, la psicología no se encarga únicamente de resolver los trastornos de la salud mental; por esto, no es necesario que la persona presente un problema patológico para asistir a un psicólogo sino que es suficiente con que identifique cuándo sus recursos personales no son suficientes para enfrentar una situación o simplemente quiera averiguar cómo surgió su manera de ver el mundo o algún problema que esté experimentando como, por ejemplo, insomnio, angustia o ansiedad.

En el caso de los adultos, en específico, es importante buscar ayuda cuando existen conductas que afectan en el área familiar, problemas de pareja, con los padres o hermanos e incluso problemas de adicciones. En el área laboral, conflictos con jefes, compañeros de trabajo o el no querer ir a trabajar; por último, cuando existen problemas en el área social, vive en constante conflicto con otras personas, la interacción limita su vida.

En el caso de los niños es importante tratar problemas en el área familiar cuando hay problemas conductuales, retrasos en el lenguaje, encopresis, enuresis y terrores nocturnos; en el área escolar cuando presenta dificultades para aprender; en el área social cuando las interacciones se ven afectadas, no se relaciona con otros niños o no juega; en casos de abuso sexual y maltrato infantil.

Las costumbres, los hábitos, las creencias, cambian conforme pasa el tiempo; por lo tanto, es cierto que la concepción general de la psicología en la actualidad no es la misma que hace 10, 20 o 30 años. Aunque las personas se encuentran más susceptibles a los procesos y métodos que propone la psicología para mejorar su salud mental, aún existe un gran camino por recorrer para que todas las creencias erróneas que persisten sobre la psicología sean, por fin, erradicadas. (NNM)

Por: Ma. Alejandra Alvarado Psicología Clínica (UDA)

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