Hace casi veinte años, la comunidad salesiana empezó el trabajo de buscar que, en un momento dado, el padre Carlos Crespi sea beatificado y canonizado por la iglesia católica. Para ello se conformó un equipo que se dedicó, en principio, a recoger toda la información posible sobre Crespi, cuya trayectoria en Cuenca fue muy marcada.
Luego de contar con las primeras bases para hacer la solicitud a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma, la comunidad salesiana conformó un tribunal con testigos calificados que conocieron al padre Crespi.
Con la conformación se dio paso al llamado proceso diocesano, el cual inició y terminó en Cuenca. Durante cinco años, miembros de la iglesia y representantes de distintos grupos llevaron adelante una investigación para que, en primera instancia, Crespi sea nombrado “Siervo de Dios”.
Cumplido con este último paso, según explicó Luis Álvarez, secretario de la causa, se entregó el “positio”, un documento que contiene testimonios y evidencia sobre la vida virtuosa de Carlos Crespi.
“Eso ya se ha entregado ya en el tribunal de la Causa de los Santos en Roma para que le declaren venerable. Mientras tanto, nosotros estamos buscan un posible milagro que haya sucedido con alguna persona, y, una vez que se tenga ese milagro, se lo estudia, y si se comprueba, se lo hace venerable”, explicó Álvarez a diario El Mercurio.
Aunque en Cuenca hay varios testimonios de lo que hizo Crespi por la población en el siglo XX, la comunidad salesiana necesita demostrar que el milagro haya sucedido. Por esa misma razón es que se recomendó que se haga una convocatoria para saber qué personas recibieron favores del padre.
El objetivo es conseguir declaraciones firmadas porque eso también da más posibilidades de que la causa tenga un resultado positivo.
Otra de las recomendaciones que se hicieron, y que vinieron del padre Pierluigi Cameroni, postulador general de la familia salesiana, es que se promueva, a través de una comisión de Cuenca, la oración de intercesión de Crespi en estampas, folletos, libros entre las familias, y comunidades religiosas.
También se recomendó que, cada año, se realice una jornada conmemorativa que ponga en relieve los aspectos particulares, hechos o anécdotas entre los grupos que tienen interés del testimonio de Crespi, y que se cree una página web que esté dedicado al padre.
Para el secretario de la causa, si bien todavía tomará tiempo lograr que Carlos Crespi sea un santo, en estos veinte años se ha avanzado mucho, considerando que un proceso como que se está llevando suele durar entre cincuenta y ochenta años. (I)