En Machala, don Miguel Morán preparaba morocho. Un día, el hijo de la señora a la que ayudaba a expender esa deliciosa bebida -preparada con maíz morocho, leche, canela y azúcar- le invitó a Cuenca.
Como si fuese un amor a primera vista, se radicó en la ciudad y edificó una familia. Han pasado más de dos décadas desde que tomó esa decisión.
Morán tiene 54 años y sigue siendo una pesadilla para los arqueros. El domingo seis de febrero firmó un doblete en el triunfo por 6-4 de El Salado ante María Auxiliadora por la categoría Súper Máster del certamen denominado Súper Copa. “El Negro”, como lo apodan, ha hecho del indor, un estilo de vida.
“Mi hijo (Edisson) dice: papi ya estas viejo, ya no juegues, pero qué será, el vicio del deporte, uno va donde le convoquen a jugar”, dice sonriente. Edisson tiene 16 años. Heredó de su padre el gusto por el deporte, no así la posición.
Mientras su padre busca la manera de hacer goles, él hace hasta lo imposible para sacar la valla invicta. Es arquero de las formativas del Gualaceo SC.
Cuando Miguel llegó a la capital azuaya trabajó en construcción, hoy ensambla motocicletas en el Parque Industrial. Entre sus recuerdos más preciados están sus participaciones en el Mundialito de los Pobres y el título que alcanzó en la Súper Copa 2006 con Rangers tras vencer 2-1 a Los Bukis con el gol de media cancha que le anotó a Carlos Simisterra.
La fase clasificatoria de la Súper Copa se juega los fines de semana en el Complejo César Cobos, de Ricaurte. (BST)-(D)