Los fantasmas de Carondelet

Una pequeña frase, un gesto, una palabra, puede tener el suficiente poder para movilizar poblaciones enteras.  Los políticos conocen la virtud de las palabras y no tienen temor en utilizarlas, sin embargo, cuando estas se expresan, no hay retorno.  Sus consecuencias son ineludibles.  Por eso sorprende la variación del discurso gubernamental y el cambio de sus estrategias ante la pugna política con el Legislativo.  Son frases convertidas en fantasmas que le quitan credibilidad al gobernante.

La muerte cruzada, como recurso extremo ante una situación de conmoción social, ha sido el fantasma permanente en Carondelet.  Ha quedado reducida a herramienta discursiva para amedrentar al poder legislativo ante el bloqueo político recibido. La acusación de corrupción, chantajes y negociaciones oscuras también generó preocupación en la opinión pública y la exigencia de la denuncia respectiva ante la presencia de otro fantasma, el del maletín.

Hoy recibimos otro mensaje, el de la Consulta Popular, ese fantasma parece que va a personificarse, sobre todo por las urgencias desde Carondelet de avanzar en su plan de gobierno y de encontrar un objetivo a su gestión que supere los golpes semanales que le otorga la coyuntura política y social.  Es un discurso que surge, nuevamente, con la finalidad de superar el bloqueo político, al que, además, se le agregará, como en toda consulta, algunas generalidades y soluciones obvias para conseguir arrastre positivo hacia los temas de verdadera discusión.  El destino del Consejo de Participación Ciudadana, la ley de inversiones, la reforma laboral, el sistema carcelario, serán condicionados a los ánimos de los fantasmas de Carondelet. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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