El Gobierno de Paraguay levantó la emergencia sanitaria vigente desde marzo de 2020 por la pandemia, con lo que puso fin al uso obligatorio de la mascarilla ante el descenso de los contagios y muertes por el virus.
La decisión la dieron a conocer en una conferencia de prensa el jefe del Gabinete Civil, Hernán Huttemann, y el ministro de Salud, Julio Borba, después de un encuentro que sostuvieron varios miembros del Ejecutivo con el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez.
En concreto, el Ejecutivo derogó el decreto 3456 del 16 de marzo de 2020, por medio del cual declaró la situación de emergencia sanitaria a raíz de la covid-19.
Huttemann explicó que, a partir de ahora, «queda sin efecto» la ley que estableció el uso obligatorio de la mascarilla, cuya vigencia dependía de la continuidad de la emergencia sanitaria.
No obstante, aclaró que el Ministerio de Salud puede recomendar llevar tapabocas en «determinados momentos».
Por otro lado, se mantiene la exigencia para el ingreso al país del certificado de vacunación o de una prueba PCR para los no vacunados.
Tras la medida anunciada hoy no se exigirá llevar el rostro cubierto en comercios, establecimientos privados, restaurantes, escuelas, universidades, así como en eventos sociales, deportivos y de culto religioso, entre otros.
El jefe del Gabinete Civil aclaró, sin embargo, que seguirá en vigor hasta junio próximo la ley de declaración de emergencia económica aprobada para paliar los efectos de la pandemia.
Al explicar las razones del cese de la emergencia sanitaria, Borba indicó que Paraguay «se encuentra en una situación epidemiológica favorable», según la evaluación de las últimas diez semanas.
El funcionario señaló que los casos positivos y las defunciones están «por debajo de la media», en comparación con el año 2021.
En ese contexto, destacó que se registraron menos de 250 contagios durante la última semana.
El Ministerio de Salud aclaró que mantendrá la recomendación de usar tapabocas de «manera preventiva y en situaciones específicas».
Se solicitará el «uso imprescindible» de mascarillas en los servicios de salud públicos y privados, en hogares de ancianos y a las personas con síntomas respiratorios, detalló el director general de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera.
También es «altamente recomendado» portar esta prenda en el transporte público y en los espacios cerrados mal ventilados y con aglomeración, agregó el funcionario. EFE