Casa Yangoe: un espacio para el comercio justo y el esparcimiento

En una edificación patrimonial restaurada funciona un espacio donde la gente puede adquirir productos de elaboración local y a la vez tener un momento de esparcimiento.

En Cuenca hay un lugar en el que se puede adquirir los productos de campesinos, artesanos y pequeños productores ecuatorianos mientras se disfruta de su belleza arquitectónica. Se trata de la Casa Yangoe, un proyecto que nació en Quito hace siete años y se estableció en Cuenca en 2021.

El proyecto que inició hace siete años con la alianza de 12 familias, ha crecido significativamente y en la actualidad sus frutos se evidencian con la gran cantidad de familias y comunidades beneficiadas en todo el territorio ecuatoriano, en provincias como Pichincha, Imbabura, Manabí, Esmeraldas, Pastaza, Chimborazo, Cañar, Azuay y Loja, según información del Ministerio de Turismo de Ecuador.

En la parte trasera, hay un jardín adecuado para que la gente pueda degustar los productos.

“Casa Yangoe” abrió las puertas de su sucursal en la capital azuaya el 9 de febrero de 2021, en una edificación ubicada en el Centro Histórico de la ciudad. La adecuación del espacio tiene detrás un importante trabajo de restauración, porque se trata de una vivienda clásica de adobe y bahareque.

En algunos espacios de la casa todavía se puede ver el material original de la construcción, que se fusionan con un estilo moderno sin dejar de lado los elementos de la época.

En la antigua huerta de la casa hay un espacio que conserva elementos constructivos originales.

Este espacio se ha dividido en secciones, donde se comercializan alimentos frescos, alimentos procesados y artesanías. En el pasillo hay una cava de vinos orgánicos, un lugar para el cacao y el café ecuatorianos y un espacio para quesos gourmet.

En la parte trasera hay un acogedor jardín adaptado para que los visitantes puedan relajarse y degustar los productos que se expenden ahí. Los fines de semana hay actividades artísticas.

En la segunda planta funciona el restaurante “La María”, que ofrece una propuesta de cocina libre y con esencia cuencana, en donde también se puede disfrutar de novedosos cocteles de autor elaborados con licores nacionales.

Productos con historia

La casa es dirigida por Juan Arias, David Arias y Francisco Abad. Este último está a cargo de la coordinación y administración del espacio. Este último está en contacto directo con las personas que llegan a conocer el lugar. Ahí les explica el origen de cada producto y cómo su consumo beneficia a familias locales.

“Cada producto tiene su historia y su proceso, es parte de la historia que te contamos. Te podemos comentar incluso los errores y caídas de ese productor hasta que encontró el producto ideal”, cuenta.

Los productos frescos son agroecológicos.

Abad explica que los productos que se expenden son de gran calidad, pues es parte de la filosofía de este proyecto satisfacer al máximo las exigencias del consumidor. Se pueden encontrar frutas, verduras, lácteos, mermeladas, salsas, condimentos, chocolates artesanales, vinos, suplementos nutricionales, sombreros de paja toquilla, prendas de vestir, artículos decorativos y hasta cosméticos naturales.

Todos los alimentos de Casa Yangoe provienen de sistemas de producción agroecológicos y orgánicos que garantizan un desarrollo armónico entre el suelo, las plantas, los animales y las personas que custodian cada espacio. Además, este proyecto contribuye a la dignificación de la vida rural a través de un comercio solidario y alternativo, sustentado en el intercambio directo entre las familias productoras y las familias consumidoras.

Esencias naturales del emprendimiento Conejo de Luna, que se venden en la casa.

Abad explica que dentro del modelo de gestión es importante llegar a consumidores locales. No solo extranjeros, que suelen ser los que se sienten atraídos por estos espacios. Asegura que dentro de la filosofía de la casa es importante que la gente de la localidad conozca y consuma los productos que salen de las manos de los trabajadores nacionales.

TEXTO: Redacción El Mercurio, en colaboración con el Ministerio de Turismo
FOTOS: Boris Banegas Abad

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