Los reptiles no suelen inspirar acciones de conservación, aunque al menos un 21 % de esas especies está en peligro de extinción y muchos cocodrilos y tortugas requieren esfuerzos urgentes para evitar su desaparición.
Un equipo internacional encabezado por NatureServe, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Conservation International ha realizado una evaluación global de 10.196 especies de reptiles, para los que hasta ahora no existían estudios exhaustivos y que publica Nature.
La investigación indica que, de las especies evaluadas, al menos 1.829, más de una de cada cinco, están en peligro de extinción, ya sea como vulnerables, en peligro o en estado crítico. Las más amenazadas son las tortugas (57,9 %) y los cocodrilos (50 %).
Sin embargo, el estudio señala un pequeño dato positivo: muchas de estas especies «probablemente se benefician» de los esfuerzos de conservación dirigidos a salvar a otros animales.
Los reptiles del estudio incluyen tortugas, cocodrilos, lagartos, serpientes y la tuatara, el único miembro vivo de un linaje que evolucionó en el periodo Triásico, hace entre 200 y 250 millones de años, y endémica en algunas islas de Nueva Zelanda.
El equipo, encabezado por Bruce Young, aplicó en su análisis los criterios de la Lista Roja de la UICN para examinar los riesgos de extinción de los reptiles a nivel mundial.
Los reptiles amenazados se concentran en el sureste de Asia, África occidental, el norte de Madagascar, el norte de los Andes y el Caribe.
Estos se suelen asociar a hábitats áridos como los desiertos y los matorrales, pero la mayoría está en áreas boscosas. El 30 % de estos últimos está en peligro de extinción, en comparación con el 14 % de los de zonas áridas.
La causas de las amenazas de los reptiles son factores como la agricultura, la tala de árboles, el desarrollo urbano y las especies invasoras; en lo que se refiere al cambio climático, el estudio señala que el riesgo que supone es incierto.
Muchos de los peligros a los que se enfrentan los reptiles son similares a los de otros grupos de mamíferos, aves y anfibios, por eso la investigación sugiere que los esfuerzos de conservación para proteger a estos -incluyendo la restauración del hábitat y el control de las especies invasoras- pueden haber beneficiado también a los reptiles.
Young calificó de «buena noticia» este aspecto, pues la protección del hábitat «es esencial para salvaguardar a los reptiles, así como a otros vertebrados, de amenazas como las actividades agrícolas y el desarrollo urbano».
Los reptiles -dijo– representan “una herencia evolutiva única en el árbol de la vida” y, si el 21 % de especies amenazadas desapareciera, «perderíamos una acumulación de 15.000 millones años de evolución», incluidas innumerables adaptaciones para vivir en diversos entornos que «han llevado hasta estas fascinantes criaturas que vemos hoy».
Los resultados de este análisis muestran «la necesidad de redoblar los esfuerzos mundiales para conservarlos», según Neil Cox, codirector del estudio y director de la Unidad de Evaluación de la Biodiversidad de UICN.
«Como los reptiles son tan diversos, se enfrentan a una gran variedad de amenazas en distintos hábitats», por lo que -destacó- es necesario un plan de acción «multifacético» para protegerlos.
El trabajo señala que son necesarias medidas de conservación urgentes y específicas para proteger algunas de las especies vulnerables, especialmente los lagartos endémicos de las islas amenazados por los depredadores introducidos y los que sufren un impacto más directo del ser humano.
La caza, más que la modificación del hábitat, es la principal amenaza para las tortugas y los cocodrilos, la mitad de los cuales están en peligro de extinción.
Young resaltó que el estudio se ha prolongado durante quince años, con la participación de 900 científicos y conservacionistas que representan a veinticuatro países de todos los continentes.
«Los reptiles no se utilizan a menudo para inspirar acciones de conservación, pero son criaturas fascinantes y desempeñan funciones indispensables en los ecosistemas de todo el planeta» como su control de las especies plaga y servir de presa a las aves y otros animales, destacó el presidente de NatureServe, Sean T. O’Brien. EFE