Presencia de cárceles crea zozobra en las ciudades

Gobierno analiza opciones para devolverle a la cárcel de Turi su característica de regional

La fuga masiva de la cárcel de Bellavista, en Santo Domingo de los Tsáchilas, generó zozobra entre los habitantes de toda la provincia y específicamente de las zonas cercanas al centro penitenciario.

Mientras que en Cuenca sus autoridades buscan soluciones para la inseguridad generada por la cárcel de Turi.

Aquellos son dos ejemplos de lo que la presencia de los centros de detención genera en las ciudades.

Por horas, 220 presos deambularon por la provincia de Santo Domingo, ingresaron a las casas y negocios, se subieron a buses; y sustrajeron automóviles y motos para alejarse del sitio del que escaparon; según información del Ministerio del Interior, hasta la tarde de ayer fueron recapturados 200 reos y se seguía sin conocer el paradero de 20 más.

Javier Aguavil, exgobernador de la nacionalidad Tsáchila, relató la difícil noche que vivieron los habitantes de las comunidades de Otongo Mapalí y Chiguilpe, pues los presos fugados huyeron hacia sus territorios, ingresaron a las casas de los comuneros para exigir la entrega de ropa y comida, algunos incluso pernoctaron en sus viviendas, para, al otro día, con la luz del día, seguir huyendo.

Tras conocerse que quienes provocaron la última masacre en Santo Domingo eran 124 presos que antes estuvieron en la cárcel de Turi, incluido el cabecilla de la banda Los Lobos, alias ‘Anchundia’, y ante la posibilidad del traslado de nuevos detenidos a Cuenca, su alcalde, Pedro Palacios, convocó a una Asamblea Ciudadana para “proteger el cantón”.

“El Centro de Rehabilitación Social de Turi no cuenta con las condiciones para albergar a más personas privadas de la libertad, ni garantiza las condiciones de seguridad mínima para proteger las zonas cercanas ni al cantón”, afirmó el alcalde en un comunicado.

Cárcel regional

La cárcel de Turi, en su planificación inicial, fue concebida como un centro de detención regional, es decir, que solo albergaría a presos de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

Este ha sido un pedido constante del alcalde; sin embargo, al sitio han sido trasladados reclusos de todo el país, muchos relacionadas con las bandas delictivas más peligrosas.

De las siete masacres ocurridas en las cárceles del país, en dos estuvo involucrada la cárcel de Turi. La primera fue el 23 de febrero del 2021, cuando murieron en total 78 personas provenientes de cuatro centros de detenció. La última fue el 3 abril de 2022l. Fueron asesinados 20 reos.

Patricio Carrillo, ministro del Interior, señaló que sí es posible transformar a la cárcel de Turi en regional, en la que solo se recibirán contraventores y detenidos por delitos menores provenientes del Austro, y cuya administración estaría a cargo del Municipio, como lo ha solicitado el alcalde. Ein embargo, advierte que este cambio no será inmediato.

Según Carrillo, antes deberá realizarse el censo penitenciario para conocer quienes y en qué condiciones están en el lugar. Luego se harán cambios en la infraestructura; se continuará con el traslado de los cabecillas y de los detenidos que no pertenecen a la zona, pero para ello se debe contar con un sitio a donde llevarlos, es decir, solucionar el problema de hacinamiento de todo el sistema penitenciario.

¿A dónde llevar las cárceles?

“Nadie quiere a la cárcel cerca”. Por esta razón, históricamente se ha buscado llevarlas a los lugares más recónditos, lejos de las ciudades, según lo relata el arquitecto y urbanista, Fernando Carrión, quien incluso recordó que, por esta razón, las propias islas Galápagos fueron empleadas como una prisión.

“Muchas cárceles fueron construidas en islas, lo más lejos posible de las comunidades; pero se llegó a comprobar que eso no era lo más adecuado para la rehabilitación de los detenidos y para su reinserción en la sociedad; pues el poco contacto con su familia, lejos de rehabilitarlos, los deshumaniza, y eso podría estar ocurriendo con quienes vivían en Guayaquil y han sido llevados a Cuenca”, explicó el experto.

Pero, según agrega, la existencia de una cárcel dentro de la ciudad no debe ser asumida solo como negativa; pues, puede traer aspectos positivos, como el económico, ya que existe una economía periférica que se mueve con la presencia de estos sitios que, en este caso, involucra a sitios de comida. (ASM)-(I).

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