Un equipo de científicos españoles ha comprobado cómo una novedosa técnica de resonancia magnética permite ver la inflamación del cerebro «en vivo» por primera vez y anticipar así posibles patologías neurodegenerativas como el párkinson, el alzhéimer o la esclerosis múltiple.
Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Alicante (este) han logrado con esta técnica -la resonancia magnética ponderada por difusión- imágenes de dos tipos de células que están involucradas en la neuroinflamación, lo que podría transformar la investigación y favorecer el desarrollo de terapias cuando la degeneración no se encuentra aún en fase avanzada y el cerebro todavía tiene capacidad para compensarla.
Los resultados, que se han publicado este viernes en Science Advances, han demostrado cómo este minucioso «mapeo» de la inflamación cerebral permite obtener esos biomarcadores de una forma nada invasiva, a diferencia de las tecnologías más extendidas en la actualidad, que requieren exposición a la radiación.
Los laboratorios de los investigadores españoles Silvia de Santis y Santiago Canals -ambos del Instituto de Neurociencias (UMH-CSIC) han demostrado cómo se activan dos tipos de células del cerebro que están involucradas en esa inflamación: las glía -que acompañan a las neuronas en el sistema nervioso central y periférico- y los astrocitos -localizadas en el sistema nervioso central-.
Silvia de Santis ha observado que muchas de las enfermedades neurodegenerativas tienen una componente inflamatoria «que puede preceder y predecir la degeneración» y ha incidido en que se trata de una técnica completamente no invasiva y que está lista para ser utilizada en humanos.
En declaraciones a EFE, la investigadora señaló que la mayor limitación para que en la actualidad se emplee en ensayos clínicos en humanos son los largos tiempos que se necesitan para adquirir las imágenes -unos 45 minutos para cada sujeto- pero ha adelantado que están ya trabajando en técnicas de inteligencia artificial para acelerar el proceso y que los resultados preliminares son «muy prometedores».
La nueva técnica es sensible y específica para detectar la inflamación con o sin neurodegeneración, por lo que ambas condiciones pueden ser diferenciadas, y esta resonancia permite además discriminar entre la inflamación propia de algunas enfermedades y la desmielinización -pérdida de la materia grasa que recibe las células nerviosas- característica de otras patologías, como la esclerosis múltiple.
La investigación se ha desarrollado en ratas, pero los científicos han logrado también demostrar el valor traslacional del enfoque utilizado en una cohorte de humanos sanos y la utilidad para conseguir biomarcadores fiables de las células (las «glía») que se activan en el cerebro cuando se produce la neuroinflamación.
Silvia de Santis precisó que la resonancia convencional se base en el contraste entre estructuras macroscópicas del cerebro, como la sustancia blanca, gris o el líquido cefalorraquídeo, mientras que la resonancia magnética ponderada por difusión «mira cómo las moléculas de agua se difunden en el tejido cerebral y es óptima para obtener información microestructural, procedente de las poblaciones de células del cerebro».
A su juicio, se trata de un avance «que puede transformar la investigación básica y clínica, al aclarar el papel de la inflamación cerebral en el alzhéimer, el párkinson o la esclerosis múltiple y proporcionar valiosos biomarcadores tempranos de esas enfermedades neurodegenerativas».
La investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante insistió en que en la actualidad no existen técnicas de imagen que no sean invasivas y san capaces de caracterizar específicamente la inflamación cerebral «en vivo».
La técnica más extendida en la actualidad para hacer un diagnóstico de este tipo de enfermedades neurodegenerativas es la «tomografía por emisión de positrones», una tecnología que requiere la exposición de la persona a la radiación y que no está indicada ni para hacer estudios longitudinales ni para personas vulnerables. EFE