Días atrás la Universidad de Cuenca a través de su facultad de Jurisprudencia llevó a cabo el III Congreso Internacional «Tendencias Actuales del Derecho Constitucional, Penal y Tratamiento Integral del Delito», fueron tres días en donde las magistrales ponencias de expertos locales, nacionales e internacionales dieron a conocer sus altos conocimientos sobre el tema y lo que gira en torno a la criminología y victimología; todo ello en aporte al complejo ámbito de la seguridad.
¿Lo positivo? Mucho, desde la mirada de la academia, la praxis profesional y la investigación e innovación científica, en fin, un bagaje amplio de información para aprender, reflexionar y sobre todo para aplicar en estos tiempos donde parece que la violencia se normaliza cada vez más y de a poco gana el terreno de quienes sí queremos vivir en armonía con el entorno y desde el entorno de nuestra cotidianeidad.
¿Lo negativo? La palpable ausencia de quienes son los llamados a cumplir con la política pública en materia de seguridad y con todo aquello que concierne a la buena convivencia en el espacio privado y en la comunidad; a la aplicabilidad de la justicia y justicia restaurativa, a la celeridad en la respuesta institucional -no revictimización- y especialmente, a la transformación de las conductas desde la responsabilidad individual.
Triste ver como estos temas de gran interés y que sin duda son formas de aprendizaje intergeneracional, se fortalezcan únicamente dentro de los linderos de lo académico, así ¿Cómo avanzamos? (O)