Los Ángeles (EE.UU.) (EFE).- Con 1.000 dólares en la cuenta y «desesperado» por conseguir trabajo en la música, Víctor Cibrián compuso una noche de marzo «En El Radio Un Cochinero». Tres meses después su canción está entre lo más escuchado de México y figura en las listas mundiales.
«Mi vida ha cambiado completamente. Yo estaba componiendo esta canción desesperado porque en mi cuenta solo me quedaban 1.000 dólares y me prometí que no trabajaría en otra cosa más que en la música», comenta tímidamente el autor a Efe durante su primer viaje promocional en California (EE.UU.).
Aunque admite que está poco acostumbrado a dar entrevistas, Cibrián puede presumir de contar con un tema en las recopilaciones de éxitos que comparte posiciones con artistas como Bad Bunny, Harry Styles, Karol G y Shakira.
Y es que, el ascenso de este músico de 24 años, nacido en Puerto Vallarta (Jalisco, México), es vertiginoso.
Su primera canción, «En El Radio un Cochinero», suma más de 60 millones de reproducciones en YouTube y Spotify desde que se publicó a mediados de mayo.
Su segundo tema, «Mi Porvenir», se acerca a los 10 millones en menos de tres semanas y el tercero, «El Fendi», junto a La Décima Banda, acaba de salir esta semana y va camino del millón de reproducciones.
«Aún no me entra en la cabeza lo que me está pasando, pero yo puedo decir que es muy bonito», asegura Cibrián emocionado.
Aunque el público está cada vez más acostumbrada a productos culturales que de la noche a la mañana se hacen virales en internet, la historia de Cibrián sorprende por dos motivos: los números tan altos en un tiempo fugaz y el género con el que lo ha conseguido, un corrido propio del regional mexicano ajeno a las tendencias urbanas.
Con una base de trompetas y guitarras tradicionales, «En El Radio Un Cochinero», se colocó la semana pasada como el vigesimoséptimo video más visto de YouTube en todo el mundo y figuró entre las 40 canciones más reproducidas del top global de Spotify.
Antes, como tantos fenómenos musicales actuales, el tema se hizo omnipresente en TikTok. Primero entre usuarios mexicanos, luego en EE.UU. y en el resto de Latinoamérica.
«Me empecé a dar cuenta de que la cosa estaba jalando cuando salía a algunos eventos y me decían ‘ese es el muchacho de TikTok’ o me pedían una foto. Entonces me metí y vi que los números estaban subiendo muchísimo. La vi en todos lados», explica.
Aunque fuera desconocido para el gran público, Cibrián ya había compuesto temas para artistas como T3R Elemento y Rubén Figueroa («MoonRock», «Ojitos de Miel»), pero nunca se había atrevido a lanzar material bajo su nombre.
«Antes tenía mucha inseguridad, me decía ‘qué va a decir la gente de mí’, hasta que me llegó el valor que yo necesitaba. (…) Empecé a subir videos y la gente me decía ‘por qué no haces canciones tú’. Gracias a dios y a la gente que salió», razona.
Entonces, en un mal momento, «cuando no quedaba dinero para seguir», llegó el milagro.
«Estaba viendo una película y dije ‘prefiero hacer música. Me encerré en un garaje y había un cuervo que cantaba, justo cuando terminé la letra el cuervo paró y se levantó. No puedo decir si fue divino, pero sí una coincidencia», cuenta.
Sería erróneo decir que Cibrián no se preparó para este momento. Desde pequeño acompañó a su abuela a cantar en un coro de rancheras, aprendió a tocar el clarinete con 11 años y formó parte de una orquesta juvenil que tuvo que dejar por problemas económicos.
Su talento para la composición quedó demostrado cuando escribió su segundo sencillo, «Mi Porvenir», durante un directo en Instagram en menos de 40 minutos. «A mí no me importa mostrar cuál es mi método para hacer las cosas», destaca.
Con ese segundo sencillo, Cibrián ha dejado claro que su paso por la primera división de la música no va a ser cosa de un día. Por el momento, ha fichado con el sello Rancho Humilde, la disquera con la que Natanael Cano, Ovi y Fuerza Regia saltaron a la fama.
«Lo primero, le mandé un billetón a mi mamá. Le mandé una cantidad muy buena de dinero. Fue un alivio en el pecho muy grande y luego me compré la camioneta de mis sueños. Primero mi familia y después lo mío», concluye.