La próxima Cumbre de la OTAN de Madrid definirá su nueva estrategia de defensa con la guerra en Ucrania como asunto central, aunque algunos de los aliados, como España o el Reino Unido, defienden que la reunión debe servir también para abordar las amenazas que provienen del flanco sur.
«No podemos olvidar que estamos viviendo un auge de la actividad rusa en muchos países del flanco sur, que nos interesan y debemos ser muy sensibles a esa realidad», dijo esta semana el embajador del Reino Unido, Hugh Elliott, en un encuentro con periodistas en el que habló de esa cumbre que tendrá lugar el 29 y 30 de junio.
Elliott señaló que esta idea, también defendida por el Gobierno de España en el seno de la Alianza, debería estar presente en la cumbre de los aliados en la que se definirá la nueva estrategia de defensa de la OTAN para los próximos diez años.
«El flanco sur nos interesa mucho y la OTAN también debería afrontar esos desafíos», subrayó Elliott, aunque reconoció que la guerra en Ucrania está desgastando mucho a Moscú y eso le está dejando menos recursos para intervenir en otros países que ha estado «rusificando» en los últimos años.
En la misma línea, la ministra española de Defensa, Margarita Robles, anunció que Madrid confirmará su compromiso con el refuerzo del flanco este, pero seguirá apostando porque la disuasión y defensa de la Alianza deben contemplar los riesgos y amenazas en los 360 grados, remarcando la importancia del flanco sur y abarcando también el espacio y el ciberespacio.
Una idea que ha repetido el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, quien reconoció la importancia de que los aliados atiendan los retos procedentes de la frontera sur, especialmente del Sahel, en África.
«Hay que mirar al flanco sur, de donde provienen muchas amenazas exactamente igual que desde el flanco este», según Albares, entre las que están «el absolutamente inaceptable uso político» del suministro energético, el terrorismo yihadista radical asentado en la región del Sahel o los ciberataques o los flujos migratorios irregulares.
«Ya hemos visto cómo se usa la presión energética, migratoria y los ciberataques contra nuestras infraestructuras críticas desde el este, pero también los veremos en el flanco sur, y a estos ataques debe responder la Alianza unida, de manera determinada y firme», recalcó.
Aunque estos países o algunos del sur de Europa defienden esta visión 360 de los que debe ser el nuevo concepto estratégico de la OTAN surgido de la cumbre de Madrid, expertos y algunas personalidades creen que será difícil que este asunto sea abordado con profundidad.
Ese pesimismo fue compartido hace unos días en Madrid por el exsecretario general de la OTAN Javier Solana, que también fue alto representante comunitario de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
En la cumbre «habrá alguna frase sobre el flanco sur», dijo, aunque opinó que no se va a tomar una decisión operativa para esta zona.
Para el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea en Madrid Frédéric Mertens resulta obvio que el principal objetivo de la OTAN va a ser redefinir su relación con Rusia, lo que va a generar consecuencias en los otros escenarios mundiales.
“Van a centrar todo su esfuerzo en el este y dejar la parte del sur en un segundo plano”, pese a que la zona incluye una treintena de países y “todos ellos generan amenazas con capacidad de crear peligro y desestablizar”.
En su opinión hay varios focos de tensión que van a complicar la nueva estrategia de la alianza: la creciente presencia de Rusia y China en zonas geográficamente alejadas como África; el interés de EEUU por girar su atención hacia Asia, y el hecho de que importantes miembros de la OTAN como Francia, España, Turquía, Italia o Grecia tengan su propia agenda en el sur, enumeró.
Para él, una solución a este problema estaría en dejar que la OTAN se centre en Rusia y China, y dejar a la Unión Europea la responsabilidad sobre las seguridad de África, una idea que también defendió el embajador británico en Madrid, quien apostó por contribuir al desarrollo del sur para evitar posibles inestabilidades políticas.
Lo cierto es que la mayoría de los expertos consideran que las amenazas desde el sur se ven complejas y peligrosas y la OTAN no puede ahora repartir sus prioridades y debe «contrarrestar a una Rusia cada vez más agresiva», explicó Hugh Elliott.
Pero como dice el director de la Oficina de Elcano en Bruselas, Luis Simón, en su artículo titulado “La OTAN y el sur tras Ucrania”, la Alianza no debe descuidar el sur, donde la competición estratégica con Rusia y China es igualmente importante.
Y donde problemas transnacionales o asimétricos como el terrorismo, el crimen organizado, la proliferación de armas ligeras y la migración irregular seguirán generando focos de inestabilidad, en su opinión. EFE